En Xangri-lá, uno de los destinos vacacionales más populares del sur de Brasil, el estudio Arquitectura Nacional desarrolló una casa de playa para una familia joven que buscaba un refugio de fin de semana y vacaciones. La vivienda se diseñó con el objetivo de maximizar la integración entre los residentes y sus invitados, en un entorno natural privilegiado y sin barreras, gracias a su ubicación dentro de un condominio cerrado.
El proyecto apostó por una arquitectura abierta, fluida y conectada con el paisaje. El lote, con una impactante vista al lago, inspiró la creación de amplios espacios sombreados que se extienden hacia el exterior, permitiendo que los ambientes interiores se amplíen y adapten según la temporada.
La casa se compone de dos volúmenes principales que se superponen con una composición limpia y sin interferencias. Uno de hormigón y otro de madera, ambos generan grandes voladizos estructurales que, además de definir la imagen del proyecto, crean áreas de sombra ideales para el uso social. La conexión entre estos volúmenes se da a través de una escalera exterior revestida de vegetación, que suma frescura y continuidad con el entorno natural.
El volumen superior, donde se ubican los dormitorios, se destaca por sus paneles de mármol que aportan textura y elegancia, reforzando la presencia del hormigón en la composición general.
Uno de los retos del proyecto fue su ajustado plazo de ejecución: diseño y obra se completaron en menos de un año. Para ello, el uso de herramientas BIM fue clave. Desde el diseño conceptual, se pasó rápidamente a una fase detallada donde se definieron materiales, proveedores y posibles interferencias. Gracias a esta planificación minuciosa, el proyecto ejecutivo se desarrolló sin modificaciones sustanciales que afectaran el cronograma.
La propuesta de Arquitectura Nacional se traduce en una vivienda contemporánea, precisa y perfectamente integrada a su contexto, ideal para el descanso y la convivencia frente al lago.