Activa tu modo zen. Vamos a lograr que tu dormitorio sea relajante, un remanso de paz sin fallos decorativos que alteren la tan ansiada calma, bienestar y descanso al finalizar el día.
Dejar zonas de paso angostas también puede estresarte y crear una sensación de incomodidad. De tener que ir sorteando obstáculos para llegar de un lado a otro. Así que a la hora de organizar la distribución del dormitorio debes pensar en despejar los pasos. Nada de muebles voluminosos ni bancos que puedan estorbar.
Quizá porque la lámpara de sobremesa lo ocupa todo, se viene encima la pantalla cuando estás tumbada en la cama o le das un golpe sin querer cada vez que haces la cama. Error. Esto te puede estresar y crear una sensación de agobio. Despeja la mesita y lleva la lámpara a la pared. Un aplique es la solución a tus problemas y ahora sí entrará el libro y el bote de crema de las manos sin hacer Tetris. Bienvenido dormitorio relajante…
Más allá del aislamiento que tenga el dormitorio que pueda hacer que se sienta más o manos cálido; lo que percibes al entrar puede hacer tu dormitorio relajante o no. Y si en verano lo tienes decorado con tejidos gruesos y cálidos, no vas a sentirte en calma. En cada estación, juega con los textiles para abrigar o refrescar.
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