Barro artesanal, madera envejecida, muros de piedra... El estilo rústico, bien dosificado.
Hubo un tiempo en que la decoración parecía que todo era rústico, campestre rural, lleno de detalles y muebles que parecían, sin excepción, sacados de un establo o de un granero. Por suerte, todo aquello ha quedado reservado, claro está, a las casas de campo, pero el toque rústico sigue quedando en nuestra retina como sinónimo de cálido, de acogedor, de que un espacio así tiene un encanto indudable. ¿Por qué renunciar a ello? Porque sí, sigue estando de moda, aunque con matices que lo renuevan, lo actualizan, lo hacen más sofisticado y, sobre todo, mucho más moderno. Atrévete, porque está de moda otra vez ese rústico chic new age y llega con fuerza para colonizar todos los rincones de tu casa. Uno de los hits son los baños de estilo rústico, con materiales artesanales que ponen un plus en un espacio que pierde encanto cuando se pasa de aséptico. El barro, la madera o el microcemento –atención a la maravillosa textura de los acabados de mortero con pinturas a la cal– y los muros de mampostería seducen por su rudo atractivo, su sabor auténtico y rotundo. Para matizarlos quedan perfectos combinados con sanitarios de vanguardia, bañeras de diseño, grifos ultramodernos... O, por el contrario, con elementos más delicados, como espejos venecianos o antiguos, textiles artesanales, etc.
© 2024 Dossier de Arquitectura, Todos los derechos reservados