Casa Lima marca el primer proyecto del renombrado Studio MK27 en la capital peruana. Diseñada por el equipo conformado por Diana Radomysler, Elisa Friedmann, Mariana Ruzante, Samanta Cafardo y liderado por Marcio Kogan, esta residencia urbana redefine la relación entre volumen, materialidad y vida doméstica en un contexto sísmico y denso como el de Lima, Perú.
Ubicada en un terreno de 16 metros de ancho por 30 de fondo, el diseño parte de una premisa clara: generar la sensación de vivir en una casa adosada dentro de los límites físicos y normativos del lote. Para ello, el equipo ideó una solución volumétrica clara: tres cajas superpuestas que estructuran tanto el programa exterior como el interior.
Una arquitectura de metacajas
La casa se organiza como una “metacaja”, concepto que articula tanto la forma como el uso de los espacios. Las cajas exteriores, robustas y expresivas, están construidas en hormigón visto enrejado, con fachadas frontal y posterior revestidas en materiales que funcionan como envolventes visuales. Estos recubrimientos ocultan estratégicamente las aberturas, generando un juego de capas que alternan opacidad y transparencia.
A pesar de la necesidad estructural propia de una zona sísmica, el proyecto incorpora voladizos que dotan de ligereza visual a la construcción. El interior, por su parte, también se articula mediante cajas programáticas: volúmenes independientes definidos por paneles y puertas de madera, que organizan el espacio de forma flexible y eficiente.
Programa y fluidez espacial
El primer volumen, la planta baja, acoge las áreas sociales: cocina, sala y terraza se abren al jardín, diluyendo los límites entre interior y exterior. En la segunda planta se encuentra la suite principal, equipada con sala privada, vestidor y terraza. La tercera planta se reserva para los niños: dos dormitorios en suite, un área común, un dormitorio adicional y una terraza con fachada de cobogós que permite ventilación cruzada y entrada de luz natural, manteniendo la privacidad.
El proyecto también incluye un semisótano, donde se ubican el garaje, el gimnasio, la zona de servicio y una piscina interior visible desde el jardín a través de una franja de vidrio. La azotea remata la casa como espacio contemplativo adicional.
Materialidad honesta y coherente
Con una paleta reducida pero precisa, la casa trabaja cuatro materiales principales: madera brasileña, elegida por su resistencia a la intemperie; piedra local (basalto), mármol travertino peruano, y aluminio. Esta selección responde tanto a criterios estéticos como climáticos y de durabilidad.
El desafío del lleno y el vacío
El mayor reto del proyecto fue lograr la densidad constructiva requerida por el terreno sin sacrificar la calidad de los espacios exteriores. El resultado es una vivienda que diluye sus límites, respira a través de patios, terrazas y vacíos, y ofrece una experiencia doméstica profundamente conectada con su entorno.
Casa Lima no solo representa una nueva presencia del Studio MK27 en Sudamérica, sino también una propuesta contemporánea para habitar la ciudad con sofisticación, claridad y poesía espacial.