Ubicada dentro de un condominio privado en la ciudad de Goiânia, Casa Corten fue diseñada para satisfacer las necesidades de una pareja joven con sus hijos pequeños. El primer desafío fue superar la fuerte pendiente: para esto, se sectorizó la casa en 3 niveles, determinando sus usos respectivos: 1er nivel (medio enterrado) – garaje/servicios, 2do nivel (planta baja a nivel de calle) para uso social y el 3er nivel (más alto) al área íntima.
De estas premisas surgieron los volúmenes que marcan el proyecto. Una gran caja de hormigón pretensado alberga la entrada social de la casa. Un panel horizontal de acero corten se extiende por la fachada frontal y se abre a la sala de estar principal, que interactúa directamente con el balcón y la piscina, generando la máxima integración entre los ambientes. Dos cajas más pequeñas, que componen las suites y la oficina en el hogar, se cruzan en el piso superior.
Específicamente, en determinadas secciones, la estructura metálica actúa como una solución estética y funcional: sobre la piscina se convierte en una gran pérgola ayudando a sombrear el área. En el piso superior, la pérgola de metal sirve como un elemento de conexión entre la suite principal y la oficina, creando un balcón íntimo de contemplación para la pareja. Los acabados como el hormigón tableado, el acero corten, los tablones de madera, la piedra de cantos rodados y tratar las fachadas de una manera sutil, le da atemporalidad a la casa. Al ser la paleta de colores muy neutra, es más fácil conseguir el mobiliario y la decoración.
El paisaje es exuberante con follaje muy tropical proporcionando privacidad y protección a la piscina. Al ser el sol un factor importante, se tiene mayor preocupación por las fachadas, por lo que tratamos las aperturas con cerchas de madera que sirven como filtro para el sol de la tarde. En la terraza gourmet, grandes parasoles de acero controlan la entrada del sol de la mañana.
