Al combinar estos dos elementos se logra realzar el encanto de la madera creando un ambiente equilibrado y armonioso.
El propósito de el diseño de interiores es el de crear ambientes de comodidad y bienestar. Para ello es necesario tener en cuenta la luminosidad, los muebles, el color, estilo, etc. Una propuesta que cumple con todos los requisitos es la combinación de el blanco y la madera.
En casi todas las casas existe esta composición, sin importar el estilo, siempre se pueden observar juntos en algún detalle del hogar. El color blanco se conoce por maximizar el nivel de iluminación, por generar amplitud en ambientes pequeños y dar un toque de frescura. En todas sus tonalidades genera un contraste y destaca los contornos de los demás elementos de otros colores o texturas. Para seguir una línea de pureza y sencillez, el blanco encaja perfectamente con las paredes, techos, muebles y pisos. Por otro lado, para que el ambiente no sea frio. Nada mejor que agregarle un poco de calidez al ambiente por medio de la madera. Utilizarla crea espacios acogedores, puede estar presente tanto en muebles como en pisos, revestimientos de paredes y accesorios. Su naturalidad y belleza le permiten resaltar dentro de los otros elementos que conforman la decoración. Aunque la madera y el color blanco son un clásico no se han quedado atrás en el tiempo, como cualquier clásico ha seguido adaptándose con el paso de los años y esta presente en las nuevas propuestas decorativas de los estilos modernos.
Es una decoración vanguardista pero a la vez acogedora, fácil de combinar con cualquier otro color sin ningún problema, juntos forman una decoración neutral capaz de acoplarse a cualquier espacio.
Fuente: AD
