El arquitecto paquistaní Yasmeen Lari ha creado un trío de mezquitas desmontables en la Bienal de Artes Islámicas de Jeddah, Arabia Saudita , para demostrar el potencial del bambú.
Las mezquitas se crearon en respuesta a un desafío del director artístico de la bienal, Sumayya Vally , de diseñar una mezquita reutilizable que pudiera reemplazar las estructuras de hormigón permanentes en los sitios de construcción.
“Fue interesante que hubiera pensado en construir una mezquita emergente, una que pudiera desmantelarse y trasladarse a otro sitio para que no hubiera desperdicio, como es el caso de las mezquitas construidas en los sitios de construcción”, dijo Lari a Dezeen.
“Una vez que las cuadrillas se mueven en tales estructuras de mezquitas, se dejan colapsar con el tiempo, ya que no se permite demoler una mezquita una vez que se ha construido”, continuó. “Desmantelar y volver a erigir los edificios de las mezquitas significaría la reutilización de las estructuras y también reduciría el desperdicio y evitaría antiestéticos edificios en ruinas”.
Cada una de las estructuras consta de un espacio de oración central rodeado por una columnata rematada con estructuras en forma de cúpula.
Completamente hecha de bambú, Lari quería que la estructura ofreciera un lugar más placentero para orar que las estructuras de hormigón habituales erigidas en los sitios de construcción, evitando los grandes gestos decorativos que a menudo se asocian con las mezquitas tradicionales.
“Creo que la mezquita de bambú tiene la cualidad de la autenticidad. No ha sido adornada con adornos externos que normalmente se agregan para impresionar al usuario”, dijo.
“La estructura sigue siendo simple y muestra cada detalle, no hay nada oculto”, continuó.
“Y sobre todo, sin imitar la mezquita tradicional, el nuevo vocabulario arquitectónico verde expresa el espíritu del pasado”.
Lari estaba interesada en demostrar el potencial del bambú, que es un tipo de hierba de crecimiento rápido que es renovable y muy duradero, como material estructural.
“Espero que esta estructura transmita el futuro de la arquitectura, un ejemplo de lo que debería ser la arquitectura del siglo XXI”, dijo Lari.
“Anuncia una desviación de la tendencia actual de construir estructuras icónicas con alto contenido de carbono, que en mi opinión muestran intolerancia ecológica y un uso indebido generalizado de los recursos del planeta y, sobre todo, una indiferencia desinformada hacia las generaciones futuras”.
