Las chimeneas de obra están de moda y, si no lo crees, la de este salón, inspirada en la artista Valentine Schlegel, te convencerá.
En muchos hogares y viviendas, las chimeneas han perdido su función utilitaria, es decir, dispensadoras de calor, dando cabida a otros sistemas más eficientes.
Por una cuestión de comodidad, de avances tecnológicos en los aparatos de calefacción extremadamente perfeccionados que en muchos casos no se perciben o, simplemente, porque no tenemos espacio para una instalación compleja, el “fuego” está desapareciendo de muchos hogares.
Pero, ni la calefacción por el suelo o por el techo, ni los radiadores extraplanos y de diseño, ni los afamados emisores térmicos eléctricos tiene el atractivo del fuego y su combustión, y, aquí, es donde entran las chimeneas decorativas. Que ya no solo son una opción viable para los amantes de la decoración o aquellos que vivimos en casas pequeñas o pisos, además, nos aportan sensaciones placenteras.
