Diseñar una casa de 22,000 pies cuadrados para un empresario que también es un magnate inmobiliario representó toda una odisea creativa. En el corazón de la ciudad se alza una residencia que desafía la vida convencional. El cliente planteó el reto de construir dos casas independientes y una dependencia en un terreno limitado. Tomándolo como un reto y aprovechando al máximo el espacio, el estudio propuso dos bloques diferentes para padre e hijo, elevándolos y conectándolos con zonas de ocio en el nivel superior. De este modo, se redujo al mínimo la cobertura del suelo y se crearon varias zonas verdes, patios hundidos y amplias áreas de césped. Este vínculo entre los dos bloques no es sólo físico, sino también simbólico, ya que significa un puente entre generaciones, ideologías y experiencias, de ahí nace el nombre de “The Link House”.
El viaje comienza con un dinámico puente que fluye sobre masas de agua y vegetación, aquí se crea un aura de misterio y deleite. Cada paso que se da es un paso hacia lo inesperado,
que marca la pauta para las extraordinarias experiencias y vistas que hay más allá. Ascendiendo por este puente fluido, la casa despliega espacios meticulosamente planificados, ingeniosamente segregados para satisfacer las necesidades de padre e hijo. Al ascender a la planta superior, nos recibe un espacio de ocio dinámico que une con elegancia las casas de padre e hijo.
En la zona de la piscina, con zonas ajardinadas escalonadas, el centro de atención es la casa principal, con vistas al exuberante césped. Este espacio se convierte en algo más que una
piscina, en la que la familia se reúne y disfruta de la cálida compañía de los demás. Otra entrada a nivel del suelo, bajo el puente, acuña con gracia la morada de los padres, ofreciéndoles tranquilidad y seguridad. Al mismo tiempo, el bloque adyacente que alberga la vivienda del hijo interconecta a la perfección la planta superior y la inferior. Esta conexión también ha creado
espacios como patios en la planta baja, que también sirven de centro de reunión familiar. Este patio se abre a amplios jardines, creando diferentes espacios y experiencias.
En el sótano, para los momentos de serenidad y relajación, la casa dispone de un hogar brezo y un spa con claraboya que redefine la calma. Extendiéndose en una relajante masa de agua azul y verde que atraviesa el hormigón, crea un oasis de calma para desconectar y rejuvenecer.
El interior adornado con el mejor mármol y madera italianos refleja el exquisito gusto del lujo con calidez y elegancia. Las grandes aberturas dejan pasar la luz natural, fusionando a la perfección el interior con el pintoresco exterior. Cada habitación es un lienzo, que mezcla la estética moderna contemporánea con elegancia atemporal. El interior de los padres es más refinado, sutil, gris y maduro, mientras que el de los hijos es más moderno, contemporáneo y a la vez elegante. En todos los aspectos, esta casa muestra un diseño cuidado, donde el lujo se une a la funcionalidad, donde la sorpresa saluda a cada paso y donde cada día es una experiencia.
Fotografía: The Fishy Project
