El proyecto Miraflores nace del anhelo de una pareja por transformar su departamento en un verdadero refugio: un espacio donde el diseño se viva, no solo se observe. Bajo la dirección de Patricia Culquicóndor y Gabriela Pino, del estudio El Otro Espacio, la propuesta interiorista apuesta por una distribución fluida y materiales honestos que transmiten textura, serenidad y equilibrio visual.
Desde el ingreso, el recorrido se presenta como una experiencia envolvente. El recibidor da la bienvenida con un ambiente ordenado, sobrio y acogedor, diseñado para generar una primera impresión tanto estética como funcional. Un espejo de gran formato con iluminación indirecta amplifica la luz y otorga profundidad, mientras un mueble flotante blanco aporta practicidad sin recargar el entorno. El revestimiento de listones verticales en tonos madera añade textura y calidez visual, acompañado por detalles naturales como plantas colgantes que infunden vida y frescura.
Sin rupturas visuales, el recorrido fluye hacia el comedor. La calidez del piso de madera dialoga con un mobiliario de líneas suaves y acabados claros, generando una atmósfera armónica. La mesa central, con tablero de piedra sintetizada y base de madera, se convierte en el punto de encuentro familiar, irradiando solidez y elegancia. Las sillas tapizadas en tonos neutros y respaldos curvos refuerzan la comodidad, mientras una luminaria colgante de esferas de vidrio cálido crea una escena íntima y sofisticada. Sobre la barra, una jardinera lineal introduce un acento verde y orgánico que conecta con la naturaleza.
La sala, corazón del departamento, continúa la narrativa de calidez y suavidad. Diseñada para propiciar momentos de pausa, reunión y conexión, se construye sobre una paleta neutra con acentos en tonos azules y mobiliario de formas orgánicas. Cada pieza, desde las butacas hasta los accesorios, se integra de forma coherente para promover una atmósfera de bienestar y equilibrio.
En su conjunto, Proyecto Miraflores traduce el interiorismo en una experiencia emocional: un diseño que no impone, sino que acompaña. Cada detalle responde a una necesidad real, tanto estética como humana. Este hogar no solo se habita; se siente.




