En los últimos años, el boom económico que vive nuestro país ha generado un crecimiento inmobiliario que involucra nuevas viviendas, oficinas e industrias. En paralelo ha surgido entre los empresarios una mayor conciencia frente al impacto ambiental y de calidad de vida que esto ocasiona.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INEI), existe alrededor de 3 millones de techos de cemento y concreto armado en las áreas urbanas del país. La gran mayoría de estas estructuras son grises azoteas, a medio construir, con desperdicios y en mal estado.
En vista de ello, los espacios verdes surgen como una oportunidad para los entornos urbanos afectados por la concentración de edificios y tráfico, un problema cada vez más común en las zonas urbanizadas.
Al respecto, Humberto Torres, director de Facility Services del Grupo EULEN Perú, sostiene: “los techos verdes y jardines verticales son una opción destacada en el diseño de edificios en áreas urbanas, ofreciendo una serie de beneficios significativos. Entre los que resaltan: la mejora de la salud urbana y la restauración del equilibrio ecológico, aumentando la eficiencia de los edificios y, en última instancia, incrementando la tendencia sostenible de las tecnologías”.
A través de un sistema artificial, se ofrece un espacio verde natural, creado por la adición de pantas a un medio de cultivo compuesto por capas que cumplen distintas funciones, como irrigación, drenaje y barrera para las raíces.
El ejecutivo de la compañía líder en el mercado de soluciones integrales expone algunos beneficios para el hogar, la comunidad y el medio ambiente al obtener este tipo de tecnología.
1. Protege el suelo de las fluctuaciones de temperatura y la radiación ultravioleta, que pueden causar microfisuras en él. Asimismo, reducen los costos de aire acondicionado y calefacción, pues mejoran la climatización del edificio
2. Los techos verdes también sirven como herramienta de gestión de las lluvias, pues gracias a la tecnología empleada almacenan el agua, la cual es tomada por las plantas y luego devuelta a la atmósfera.
3. Igualmente, transforman espacios muertos o en desuso en jardines o cultivos de frutas y verduras.
4. Los beneficios para la comunidad y el medio ambiente también son innumerables. A través del rocío y la evaporación diaria, las plantas son capaces de enfriar las ciudades durante los meses de verano, reducen la contaminación y mejora la calidad del aire, atenúan el ruido y reducen el riesgo de inundaciones al retener hasta un 65% del agua de lluvia.
Es conclusión es importante resaltar la relevancia de contratar un proveedor adecuado para el desarrollo y mantenimiento de estas áreas. “Aquello que antes era considerado un beneficio exclusivo para las empresas y grandes constructoras se puede convertir en un modelo colaborativo, que involucre a los trabajadores de estas y sus familias; esto significaría el inicio del camino de Lima hacia una ciudad sostenible y de primer mundo”, finaliza, Humberto Torres.
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