Ajitama Ramen Bistro es un restaurante nacido del sueño y la ambición de dos amigos enamorados de este plato tradicional japonés. Después de su viaje a Japón, una larga amistad se vio reforzada por esta pasión y búsqueda del ramen más auténtico de Lisboa. A diferencia de otros países europeos, el ramen en Portugal era un concepto desconocido hasta hace unos años. Los dos amigos no estaban satisfechos con la oferta existente de Ramen y decidieron aventurarse juntos en su propio proyecto.
Ajitama (味たま) es el nombre japonés para los huevos pasados por agua que se han macerado durante varias horas en un caldo casero que constituye el icónico trago de ramen, la mejor comida reconfortante para los japoneses. Este plato consiste en una combinación perfecta de fideos frescos en un caldo complejo y una serie de ingredientes diferentes con altos niveles de Umami. Está terminado con el Ajitama que lo convierte en un manjar sublime.
El espacio donde se abrió el nuevo restaurante forma parte de un edificio totalmente reformado, en un bloque que data de principios del siglo XX. Su ubicación está marcada por un eje de gran afluencia, entre oficinas y amplias avenidas, ocupando una posición destacada en un bello rincón.
Cuando JCFS tuvo el desafío de desarrollar el proyecto del restaurante, se les hizo evidente que el huevo "Ajitama", estaría presente en todo lo que es hermoso, sabroso y memorable, y que lo guardamos en nuestra memoria cuando comemos ramen hecho por estos dos amigos. Por lo tanto, se constituyó como el núcleo de todas las ideas para la construcción del espacio.
A partir de este momento fue necesario concebir un espacio que nos transportara a un entorno japonés. De esta forma, recurrimos a un material que nos lleva a un entorno oriental, los enrejados utilizados para construir este símbolo representan la determinación, precisión y organización de los japoneses. Las enormes instalaciones iluminadas suspendidas del techo definen el espacio, enmarcado por los planos del piso y las paredes en una forma muy simple.
La repetición e interpretación del concepto del huevo se proyecta en estas instalaciones, balcones y baños. El resultado es una mezcla de sensaciones en las que los neones de la fachada nos transportan a las locas calles de Tokio, la madera suspendida, esculpida en la forma de los huevos confiere una ligereza al espacio, dándonos la sensación de no tener fin y en el que el cielo no tiene límite, el mostrador nos hace recordar la comida japonesa en su hábitat natural en el que vemos al chef cocinar este hermoso manjar. Jugando con la dualidad entre lo tradicional y lo refinado, la tradición oriental y la representación occidental, JCFS presenta un cruce entre un restaurante que pretende ser rápido, eficiente, práctico y exclusivo, cómodo y memorable.
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