Desde el amarillo al gris, pasando por los rojos y los naranjas más tradicionales, los ladrillos son omnipresentes en muchas de nuestras ciudades y son muy utilizados en la industria de la construcción.
En resumen, su proceso de fabricación incluye el moldeado de la arcilla y su quemado en hornos, permitiendo la creación de bloques macizos perforados, cobogós, tejas y otras formas. Los ladrillos cerámicos son baratos, fáciles de encontrar, tienen buena resistencia, buena inercia térmica, y no requieren de mano de obra tan especializada para su construcción. Sin embargo, si la instalación se realiza cerca de fuentes de alto calor, el ladrillo común eventualmente se agrietará y romperá. En este caso, los ladrillos refractarios son los más adecuados. Pero ¿qué son realmente y cómo funcionan?
Puede parecer contradictorio que un material que haya sido quemado a temperaturas superiores a 1000°C no resista altas temperaturas. De hecho, el gran problema es el choque térmico. Cuando el ladrillo común entra en contacto con una fuente de calor, se expande rápidamente. Cuando cesa la fuente (extinguir el fuego, por ejemplo), el material se contrae. Estos choques térmicos afectan la estabilidad de la estructura y pueden formar grietas y otros problemas graves. Los materiales refractarios son aquellos que soportan altas temperaturas sin afectar su estructura, y sin dañar su resistencia y su conductividad térmica. En el caso de los ladrillos, la composición química de los refractarios es diferente a la de los ladrillos normales, lo que también influye en el color y su conductividad térmica.
Generalmente destinados a usos domésticos, como hornos, parrillas y chimeneas, los ladrillos refractarios están compuestos por arcilla que contiene principalmente alúmina y sílice, elementos capaces de soportar altas temperaturas. La alúmina tiene cualidades reflectantes, mientras que la sílice es un excelente aislante. Cuanta más alúmina tenga la mezcla, mayor será la temperatura que soportará el ladrillo (lo que será imprescindible en usos industriales, por ejemplo) y más cara resultará la pieza. La sílice tiene un tono más grisáceo, mientras que la alúmina es más amarillenta.
Además de la función técnica, hay arquitectos que utilizan ladrillos refractarios expuestos para construir y revestir superficies. En el proyecto Tropical House Urveel, desarrollado por Design Work Group, los ladrillos refractarios se utilizaron de varias formas; a veces poroso como un Jaali Islámico, a veces opaco y texturizado, e incluso formando un patio o actuando como fondo. Es un material que aparece en toda la casa.
Además de los bloques, el mortero utilizado también debe soportar altas temperaturas. Suelen estar compuestos por agregados especiales como vermiculita y arcilla refractaria. Al igual que los bloques, también puede contener alúmina (Al2O3), mullita-zirconia, entre otros.
Es siempre importante que, a la hora de diseñar o construir estructuras que estarán en contacto con el fuego, es fundamental prestar atención a los materiales utilizados y a las normativas locales. Todo el cuidado con el fuego es escaso para evitar pérdidas materiales o accidentes más graves. Siempre es importante buscar el asesoramiento de expertos y fabricantes.
Fuente: ArchDaily
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