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Micro-mercados barriales, una alternativa frente al COVID-19 en Lima

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Micro-mercados barriales, una alternativa frente al COVID-19 en Lima

Publicado hace 4 años

Se considera que el principal foco de esparcimiento -y probablemente la fuente- del nuevo tipo de coronavirus COVID-19, detectado en diciembre de 2019, fue el mercado de mariscos de Wuhan, China. Desde los trabajadores y comerciantes del recinto, el virus comenzó a esparcirse, afectado en una primera instancia a la población local y posteriormente a más de 200 territorios y países de todo el mundo.

Actualmente, a tres meses de la declaración de la OMS que caracteriza a la enfermedad como una pandemia, los mercados populares mayoristas y minoristas se han puesto bajo la mira por ser potenciales puntos de contagio. ¿Cómo es posible garantizar el acceso de los alimentos a una población sin que esto signifique un riesgo para los distribuidores, comerciantes y compradores?

Buscando dar respuesta a esta pregunta, Gabriel Ospina, Ernesto Salinas y André Velásquez, de Habitable, han prepuesto desarrollar micro-mercados barriales que permitan la distribución de alimentos en Lima, Perú, de manera organizada y con bajos riesgos. Su propuesta busca descentralizar los grandes mercados y redistribuirlos en una red de espacios públicos, permitiendo que los habitantes hagan compras de manera segura, manteniendo las medidas de distanciamiento social.

En estos tiempos de pandemia, los centros de abasto, al ser los lugares más concurridos por la población, se han convertido en los principales focos de contagio de COVID-19. La necesidad de abastecerse de alimentos por parte de la ciudadanía sumado al poco rigor y control sanitario dentro de estos lugares ha ocasionado que se conviertan en auténticas bombas de tiempo.

Los distritos que cuentan con mayor cantidad de mercados son los mismos que presentan más casos de contagio de COVID-19. La gran mayoría de estos se ubican en las periferias o en sectores populares de la cuidad, territorios que generalmente se encuentran en estado de hacinamiento y en los cuales el acceso a la red sanitaria de agua y desagüe es limitado, sino inexistente. Por otro lado, la situación económica de estas poblaciones imposibilita la tenencia de aparatos electrodomésticos como refrigeradores que permiten el almacenamiento y conservación de los alimentos. Como resultado, se tiene un gran número de ciudadanos en estado de insalubridad y aglomerados en los mercados; forzados a acudir muy frecuentemente a abastecerse de alimentos e incapaces de realizar la higiene preventiva.

En este sentido, en pos de descongestionar los centros de abasto, se plantea descentralizarlos en nuevos y temporales Micro-mercados barriales, distribuidos en la red de espacios públicos de cada territorio. De esta manera, cada barrio tendrá un mercado que servirá a un número muy reducido de ciudadanos, evitándose así las aglomeraciones y acortándose los tiempos y distancias de viaje.

Buscando promover la organización barrial, se platea que cada localidad sea responsable de disponer de personal para el control de ingreso y funcionamiento diario de su centro de abasto. Además, los micro-mercados buscan reactivar las economías locales, poniendo a disposición de cada barrio puestos de venta dentro del mercado. De esta manera las juntas vecinales tendrán que organizarse para establecer turnos tanto para el control del micro-mercado como para la venta de producción local.

De losa deportiva a micro mercado barrial

Conscientes de que en estos territorios la losa deportiva es el tipo de espacio público más común y fácil de encontrar, el sistema de micro-mercado se implanta de manera genérica en dichos espacios de tal forma que pueda ser adaptado en diversas localidades. Consideramos fundamental reducir la propuesta a la cantidad mínima posible de elementos y personal tanto para su implementación como para su funcionamiento, un sistema flexible, adaptable y apropiable que no sólo economice los recursos económicos sino también los humanos.

Bajo estas premisas, los nuevos centros de abasto necesitarán sólo de dos elementos fundamentales para su implementación: Una cuadricula de 2x2m (distanciamiento mínimo) y un elemento delimitador que servirá para definir los límites y sectores de la intervención. Se plantea dos zonas generales, una exterior, donde los usuarios esperarán de manera ordenada su turno para entrar al mercado, y otra al interior del micro-mercado, en la cual los puestos ubicados hacia los bordes con una zona de venta frente a ellos liberan el centro de la intervención para que con ayuda de la cuadricula la gente circule de manera y ordenada evitando los cruces. El aforo de cada mercado será el mismo al número de puestos, de esta manera al haber dos espacios de venta por puesto, se agilizan los tiempos de venta, espera, y la circulación. La distribución permite tener las esquinas liberadas como zonas de abastecimiento directo y externo.

De calle a Micro mercado barrial

El modelo en calle funciona bajo las mismas lógicas del modelo de losa deportiva. En este caso los puestos, la zona de venta y el abasto están dispuestos hacia uno de los bordes de la intervención de tal manera que los usuarios circulen de manera lineal y en secuencia. La zona de circulación tiene dos vías, una que sigue el recorrido lineal de los puestos y otra que va en el sentido contrario y que sirve como contingencia ante cualquier eventualidad. El recorrido permite reducir a uno los espacios de venta por puesto sin la necesidad de afectar las dinámicas del distanciamiento físico. Las zonas de abasto, ubicadas entre cada dos módulos de venta también funcionan de manera externa.

Fuente: ArchDaily

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