Si bien no se consideran áreas de permanencia en una casa, las cocinas y los baños son espacios donde la funcionalidad es fundamental para el día a día de sus residentes y visitantes.
De todos los elementos de las zonas húmedas, los que necesitan de una atención especial son las encimeras de trabajo. En este texto, destacaremos algunos consejos para diseñar encimeras funcionales para áreas húmedas, fáciles de mantener y adecuadas para sus usos.
La encimera de trabajo de las áreas húmedas es el lugar donde las personas se inclinan para hacer sus actividades. En general, se componen de una superficie horizontal, que se puede dividir entre seca y húmeda en el caso de una cocina o simplemente húmeda en el caso de los baños; el montaje de la bacha, el grifo y el mezclador, la alacena y los objetos que se disponen sobre la encimera.
El material y el tamaño de la encimera depende de la elección de acabados que se realice para el proyecto y también de la cantidad de espacio disponible para colocar ese elemento. En general, existe una estandarización de mercado en cuanto a sus dimensiones, tanto para las encimera como para las bachas y alacenas, que responden a la estandarización de planos en el mercado inmobiliario. También existe la posibilidad de adaptar el tamaño de estos elementos según el proyecto, realizando bachas, armarios y encimera a medida. En general, resulta ser una ventaja seguir los tamaños del mercado ya que esto amplía las posibilidades de encontrar elementos prefabricados, ahorrando recursos y facilitando la mano de obra.
Tanto para las opciones del mercado como para los proyectos realizados a medida, existen algunas convenciones importantes a tener en cuenta, considerando la ergonomía, es decir, la forma más cómoda y funcional de utilizar estas encimeras:
En el caso de los baños, la longitud media de la encimera oscila entre los 55 centímetros y 1,20 metros, y su profundidad puede variar de 40 a 60 centímetros en promedio. Idealmente, la encimera debe instalarse aproximadamente a 90 centímetros del piso, considerando bachas embutidas o empotradas. Para las tinas de soporte, los 90 centímetros se miden desde la parte superior del borde de la bacha. El grifo, que puede montarse en la pared o en la encimera, debe tener una distancia cercana a los 15 centímetros del borde de la bacha o encimera, según el tipo de tina que se utilice para garantizar un espacio suficiente para el lavado de manos. Si se trata de una bacha de apoyo, la grifería de sobreencimera debe tener un cuello largo para garantizar estos 15 centímetros, de lo contrario, puede optarse por una grifería de pared. Además, el chorro de agua debe estar alineado con el desagüe, o hasta 4 centímetros desplazado.
En el caso de querer instalar un mueble bajo encimera, es importante considerar el espacio para el sifón de drenaje. Estos muebles tienen múltiples dimensiones, sin embargo, varían entre 50 y 60 centímetros en general. La mayoría se instalan suspendidos en la pared, dejando el suelo libre, facilitando la limpieza y haciendo más cómodo su uso al encajar los pies debajo del mueble cuando se utiliza la encimera. Puede optarse por instalar un mueble con espejo incorporado sobre la encimera, o simplemente un espejo con iluminación dirigida. Este último debe instalarse teniendo en cuenta a sus usuarios, pero en promedio la altura de los ojos debe ser de 1,50 m del suelo. Es habitual contar con iluminación focal, que puede ser lateral o superior, según el proyecto.
En el caso de las cocinas, las encimeras de trabajo son más grandes y suelen tener varios usos, a veces hasta simultáneos: cortar, pelar y preparar alimentos, sostener ollas y sartenes calientes, usar algún electrodoméstico especifico, lavar y desinfectar materiales y alimentos, separar desechos, almacenar alimentos y muchos otros más. Por lo tanto, puede decirse que las encimeras de cocina son más espaciosas que las de los baños. Lo más habitual es comenzar con 1,20 m de longitud, pudiendo llegar a 1,80m o más, dependiendo del espacio disponible. Su profundidad más habitual oscila entre los 50 centímetros y 70 centímetros, y su uso se divide entre la zona húmeda y la zona seca. El área húmeda se encuentra al lado de la bacha, donde se secan los platos y alimentos mientras que el área seca es donde se realizan otros trabajos y generalmente, suele ser más grande que la húmeda. Pueden tener el mismo material o diferentes, dependiendo de los acabados del proyecto e incluso pueden estar separadas o integradas físicamente.
Cuando estén integradas, la encimera húmeda debe quedar de 1 a 2 centímetros más baja que la encimera seca, considerando que la altura ideal es de 90 centímetros. El grifo puede ser de sobremesa o de pared y debe tener 30 centímetros entre el caño del grifo y el desagüe de la bacha, para asegurar la manipulación de objetos grandes como ollas y sartenes. El chorro de agua, así como en el baño, debe estar directamente encima del desagüe o como máximo 4 centímetros desplazado. En cuanto a las alacenas de cocina, por su tamaño, es común encontrar en el mercado un conjunto de armarios modulares. Aun así, es importante prever en ellas la presencia del sifón directamente debajo de la zona húmeda, y considerar que estén suspendidos o que su soporte se mueva unos 15 a 20 centímetros para que queden los pies debajo del armario cuando se utilice. Sobre las encimeras de cocina, es posible prever el uso de alacenas elevadas, donde puede instalarse iluminación dirigida o también estantes y barras utilitarias para guardar objetos y alimentos.
Más allá de esta información general, el diseño de cocinas y baños varía según el uso y la vida diaria de cada familia, con la arquitectura y el espacio disponible para estos elementos, con el presupuesto y los materiales disponibles en cada lugar, entre otros. Por lo tanto, es importante observar cada caso en particular para asegurar que puedan satisfacerse las necesidades especificas así como las demandas funcionales más generales, y para ello, se necesita de un trabajo atento del arquitecto en el proyecto.
Fuente: ArchDaily
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