Esta casa de playa ha sido trabajada bajo el concepto de la filosofía Zen. Por ello se ha planteado una estética de líneas simples, integración de espacios y sencillez en los acabados.
Está pensada para favorecer la reflexión y meditación dentro de lo que implica el disfrute de una casa para descansar. Se han utilizado materiales como la piedra en las paredes, la madera del deck y el aluminio color bronce, el cual es muy fácil de mantener en la playa y a la vez crea la sensación de la calidez de la madera sin serlo. Mediante el recurso de separar el techo de las paredes laterales enchapadas en piedra Talamoye, se ha logrado el efecto del ingreso de luz natural en el día creando una sensación de independencia y liviandad en las estructuras y cuando oscurece la iluminación indirecta le otorga a los espacios un halo místico creándose un ambiente sereno y armonioso.
El área social de la vivienda se organiza integrándose los espacios de sala, comedor, cocina y terraza. Esta última se divide en una terraza al ingreso sin cerramiento y otra que se puede cerrar completamente mediante mamparas de vidrio acoplándose al interior y que alberga un jacuzzi orientado hacia el oeste para recibir el asoleamiento de la tarde. El espacio social funciona integrado y es versátil pudiendo, mediante las mamparas de vidrio que hacen las veces de biombos de papel de arroz, dividir los espacios según los requerimientos. Se han empleado colores neutros en general, el blanco y el microcemento en las paredes y muebles de mampostería y los porcelanatos grises en los pisos. La cocina tiene sus mesas de reposteros de granito en color chocolate. La propuesta del deck en la terraza del ingreso crea la sensación de la unidad entre el exterior y el interior, una unidad que a la vez se ve reflejada en la estructura espacial de la casa, una búsqueda de la sinestesia: la fusión de los sentidos.
En el primer nivel se encuentra el área social, la cocina integrada, el dormitorio principal con baño incorporado y la zona de servicio, a la cual se accede por la entrada posterior. La escalera comunica el nivel del semisótano y la terraza en la azotea de la casa. En el nivel bajo se encuentran los dormitorios con sus baños, la sala de estar y dos patios interiores para la iluminación y ventilación de los ambientes. En la azotea se desarrolla una gran terraza con una piscina, una zona de bar integrada a ésta, una parrilla y los espacios para comedor y estar al aire libre.
El Zen se vive, no se explica, quizá por ello, en la experiencia cotidiana de vivir, de usar y disfrutar los espacios de esta casa, se encuentre la mejor razón del por qué fue diseñada tal como es.
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