Bazar es un restobar con un aspecto colonial, pero a su vez mezcla de figuras geométricas, colores cálidos y utiliza accesorios internacionales que generan una sensación de integridad.
UN ENCARGO, UN RESTOBAR
El encargo de diseñar un restobar llegó a LYMA Arquitectos con la intención de ser un espacio con vida propia, que albergue espectáculos en vivo, eventos, o simplemente una buena cena y encuentros de amigos con buena música de fondo. Se creó una nueva estructura y se rediseñó la espacialidad con ambientes más abiertos y de doble altura. Se planteó la nueva distribución y se acondicionó el local con nuevas redes eléctricas, sanitarias, de ventilación y de acústica.
UN NOMBRE, UN LUGAR
Antes de empezar con el diseño, se decidió recorrer la zona en busca de referencias sobre la identidad del barrio, pasando de ser un barrio netamente residencial a un barrio lleno de actividad cultural y de entretenimiento. La influencia árabe estaba presente en la arquitectura de las casas antiguas y en sus detalles, como los pisos empastados, y las mayólicas de sus paredes y balcones. Nos sorprendió encontrar un barrio que todavía conserve los recuerdos de la arquitectura morisca española, aunque a simple vista suelen pasar desapercibida.
Los clientes propusieron el nombre Bazar, a lo que respondimos que nos encantaba y desde ese momento el concepto del diseño quedó claro.
QUÉ ES BAZAR
Bazar es una reinterpretación moderna de lo que uno siente al entrar a un mercado ya sea de Marruecos, Turquía o del medio Oriente. La clave para nosotros fue generar un diseño donde se sienta abundancia, variedad de colores, texturas y materiales.
Se decidió tener un salón principal donde se encuentra la barra central y que se abre a una doble altura que mira al escenario. Al lado de éste se ubican dos salas pequeñas de usos flexibles, para ser usadas como backstage o por el público. El segundo nivel es pequeño, en él se planteó la idea de “chingana”, que permite otro tipo de experiencia, pero a su vez conectado visualmente con el salón principal y el escenario. Se aprovechó el retiro para generar una terraza abierta, la cual permite una mayor interacción del usuario con la calle.
MORISCO
Se buscó reinterpretar ciertos elementos coloniales de influencia árabe en el local. En el interior se creó un balcón metálico calado. Se utilizaron celosías en los espacios interiores para dividir las salas de los músicos, el escenario y las escaleras.
Se usaron celosías, esta vez de concreto, con el diseño de la “B” de Bazar. En los pisos se trabajó con mosaicos empastados, pero de formas geométricas. Buscamos distintas texturas que cubran las paredes y techos, al igual que distintos colores y patrones que cubran algunos muebles, cojines y lámparas.
Adicionalmente, se colgaron 480 piezas de acrílico de los techos que recorren todo el local, éstas simulan la abundancia y la variedad de colores que se puede sentir en los bazares en distintas partes del mundo.
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