Sinónimo de opulencia en el pasado, hoy el dorado es imprescindible en la decoración. Sin llegar al total look constituye un ejemplo de cómo un simple detalle eleva el nivel decorativo de un espacio.
Un espejo, un adorno, la estructura de una mesa... los brillos del metal en acabado gold ponen el plus de pasión, glamour y sofisticación sin matrices. Ya te hemos enseñado casas en las que el color dorado ha sido una fuente de inspiración, o cómo el efecto oro contribuye a crear espacios únicos y con mucha fuerza estética. Además, no solo está reservado al salón sino que la moda de utilizar los reflejos dorados también se cuela hasta la cocina.
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