El diseño tiene mucho que decir a la hora de conseguir un buen descanso. Luz, orden y decoración son esenciales para un sueño reparador.
Para descansar no siempre hay que estar dormido, ni siempre que se duerme realmente se descansa. Junto a los aspectos puramente fisiológicos y mentales propios de cada individuo, el diseño interior tiene un papel muy importante en esta misión de lograr un descanso reparador.
El color es una forma de energía y como tal influye en el estado de ánimo, pudiendo resultar tanto estimulante como relajante. En el dormitorio, como santuario del descanso, el color debe ser el gran aliado para la relajación, por lo que se deben evitar los tonos enérgicos como rojos y amarillos.
Sábanas, cubrealmohadas, cobertores y mantas se convierten en esa piel imprescindible para mantener la temperatura de confort. Una cama debe respirar como lo hace una persona y para eso los materiales textiles deben acompañar. La suavidad de los tejidos es importante, pero más aún la capacidad de termorregulación y transpiración, ya que estas propiedades pueden limitar las alteraciones del sueño causadas por los picos de temperatura que muchas personas alcanzan en momentos de la noche.
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