Los sonidos del bosque y el mobiliario fabricado con árboles afectados por una tormenta aportan elementos de la naturaleza a esta boutique de moda masculina de King’s Cross, en Londres, diseñada por el estudio local Fred Rigby Studio.
La tienda es el cuarto establecimiento de la marca de moda masculina Lestrange y se concibió a partir de los planos del experto en diseño biofílico Oliver Heath, combinando vegetación con materiales recuperados y naturales para forjar una mayor conexión con el exterior.
Según Fred Rigby Studio, se eligió este enfoque para reflejar la filosofía de la marca de utilizar fibras renovables y recicladas para producir prendas de larga duración.
“Queríamos crear una sensación de calma en el espacio, que no pareciera una tienda genérica, sino un interior que contara una historia sobre la ropa y el espíritu de la marca”, explica el fundador del estudio.
La tienda Lestrange está situada en el centro comercial Coal Drops Yard, diseñado por Thomas Heatherwick, formado por dos almacenes reconvertidos que se construyeron originalmente en la época victoriana para almacenar las enormes cantidades de carbón que necesitaba la capital.
Rigby utilizó el terreno existente como lienzo y se centró en la selección de materiales naturales y recuperados.
La madera de plátano de Londres, recogida de “árboles afectados por tormentas y enfermedades” a pocos kilómetros de King’s Cross, se utilizó para crear los tabiques que definen las zonas de exposición y cambio de ropa de la tienda, así como algunas piezas de mobiliario a medida.
El fabricante británico Clayworks mezcló arcillas sin cocer con minerales y pigmentos naturales para crear los acabados táctiles de las paredes, mientras que las encimeras de estilo terrazo fueron fabricadas por la empresa galesa Smile Plastics con una mezcla de plásticos reciclados de carcasas de móviles desechadas y tablas de cortar.
Como contrapunto definitivo a la masa y severidad del ladrillo, Rigby concibió la idea de un prado interior que serpentea por la tienda Lestrange.
Lottie Delamain, galardonada diseñadora de jardines, se encargó de la disposición de flores y hierbas secas naturales, integrando una mezcla de especies cuidadosamente elegidas para reflejar las fibras utilizadas habitualmente en la confección de prendas de vestir, como el algodón y el lino.
La ropa se expone en sencillos raíles de metal blanco y los amplios probadores abiertos cuentan con altavoces que emiten sonidos del bosque, complementados por discretos apliques que proyectan un sutil resplandor.
También hay sutiles guiños al diseño japonés en las pantallas de lámparas de papel de arroz que flotan a distintas alturas por toda la tienda.
