La Casa Y.27, ha sido sometida a una transformación por el estudio de arquitectura Estudio Estudio, se distingue por sus puertas arqueadas y su estudio en la azotea. El objetivo de la renovación era preservar el carácter original del edificio histórico, ubicado en un terreno de 195 metros cuadrados en el barrio Hipódromo Condesa de Ciudad de México. El cliente, un empresario social y coleccionista de artesanía mexicana, la utiliza como su residencia a tiempo completo.
Originalmente construida en la década de 1930, la vivienda, revestida de estuco, había sufrido años de abandono antes de ser rescatada por el equipo de Estudio Estudio. Su tarea consistió en revivir el interior de la casa, restaurando su encanto original y mejorando su funcionalidad. Esto incluyó la eliminación de muros, la reconfiguración de la distribución, mejoras estructurales y la incorporación de nuevos acabados. Además, se reemplazó un pequeño almacén en la azotea por un edificio-estudio de 43 metros cuadrados.
La planta baja ahora cuenta con una distribución que satisface las necesidades cotidianas, con un vestíbulo de entrada, garaje y despacho en la parte delantera, y cocina, comedor, habitaciones de servicio y un patio en la parte trasera. En el centro de la planta baja se encuentra un amplio salón con un impresionante techo de 5,9 metros de altura, destacando una estantería alta con una escalera de metal y madera que sirve como punto focal.
Una elegante escalera curvada con tragaluz conduce al primer piso, donde se encuentran el dormitorio principal, dos dormitorios y una sala familiar. En la parte superior del edificio se sitúa el nuevo estudio, construido con madera de pino, junto con una sala onsen que presenta una puerta de estilo granero. El estudio se abre a una terraza con suelo de terracota, y el agua de lluvia se recoge en el tejado y se canaliza a un depósito subterráneo.
En toda la casa, se utilizaron materiales terrosos y colores neutros, y el diseño de la iluminación, desarrollado en colaboración con el experto Luca Salas, busca equilibrar ambiente, funcionalidad y estética. Los acabados incluyen parquet de roble y armarios revestidos de tela de algodón, mientras que las baldosas a cuadros de hormigón pigmentado en la cocina se reprodujeron a partir de una muestra existente. Este tipo de suelo, conocido como “pisos de pasta”, es común en las antiguas casas de Ciudad de México y el suroeste de México, según explicó Estudio Estudio.
