Ubicada en la sierra de Chaclacayo, sobre un terreno de 1105 m², esta vivienda diseñada por el estudio Riofrío Arquitectos redefine la relación entre estructura, luz natural y paisaje andino. El proyecto parte de una propuesta estructural contundente: dos grandes vigas de hormigón que se extienden hasta los extremos del terreno para cubrir el ancho completo del espacio. Entre ellas, una serie de viguetas no solo sostienen el techo, sino que segmentan y dan carácter a dos estancias clave: una amplia terraza y un salón social. Estas viguetas permiten el ingreso controlado de luz solar, especialmente valiosa durante los meses fríos típicos de esta región limeña.
La cobertura estructural principal se reinterpreta y adapta para resolver los distintos elementos del proyecto, generando techos de distintas alturas que jerarquizan los espacios. El resultado es una volumetría clara y armónica que articula la casa en función del clima, el entorno y la experiencia del usuario.
La distribución responde a criterios de funcionalidad y sencillez. Un bloque en forma de “L” contiene las áreas principales: terraza, sala-comedor-cocina integrados, dormitorio principal, baño de visitas y dos habitaciones secundarias. Esta disposición enmarca la vista hacia las montañas y el valle, integrando el paisaje al interior de la vivienda.
En la entrada, un bloque independiente resuelve el desnivel del terreno y alberga un patio de acceso, un baño exterior, una zona de servicio con dormitorio, baño y garaje, todo adosado a la calle para liberar el resto del terreno hacia el paisaje.
La materialidad refuerza el carácter sobrio y cálido del conjunto: muros rústicos pintados de blanco, carpintería de vidrio con marcos herméticos, enchapados rústicos en los pisos y bóvedas de ladrillo pastel en los techos altos de las estancias principales. Todo se conjuga para ofrecer una vivienda que dialoga con su entorno desde la luz, la estructura y la contemplación.