En arquitectura, el espacio de trabajo no solo debe ser operativo, sino también inspirador. Con esa premisa como punto de partida, AD Arquitectos, bajo la dirección de André Diaz, llevó adelante la remodelación integral de su oficina, con un objetivo claro: proyectar hacia el exterior lo que vive en su interior como estudio.
La intervención respondió a una necesidad estratégica: redefinir el espacio como una extensión tangible de la marca. La propuesta se materializó en un lenguaje visual sobrio y funcional, con líneas limpias, materiales nobles y una distribución que favorece tanto la concentración como la colaboración.
Uno de los ejes centrales del proyecto fue la jerarquización espacial. Se distinguieron con claridad las áreas operativas de los espacios de reunión, trabajando con cielos rasos en zonas privadas y techos expuestos en áreas comunes. Esta decisión buscó acentuar el contraste entre contención e inspiración.
El mobiliario fue completamente diseñado a medida, con un fuerte enfoque en la ergonomía y la continuidad visual. Las superficies de trabajo se combinan con texturas cálidas y vegetación integrada, generando una atmósfera de bienestar sin comprometer la estética profesional.
Más allá de su funcionalidad, esta remodelación representa una declaración de principios: el diseño comienza desde casa. Renovar sus oficinas fue también un ejercicio de coherencia entre lo que proyectan para sus clientes y lo que cultivan puertas adentro como estudio.