La renombrada arquitecta Crina Arghirescu Rogard ha llevado a cabo una deslumbrante renovación de un ático en un edificio histórico de Tribeca, Nueva York, transformándolo con su característico “diseño excéntrico”. El proyecto, encargado por su amiga y artista mexicana Claudia Doring Baez, se completó en un plazo récord de seis semanas, resultando en un espacio que fusiona arte y modernidad con un toque único.
El ático, situado en el icónico American Thread Building, construido en 1890 en estilo renacentista, presenta un gran salón que antiguamente servía como sala de baile del exclusivo Wool Club. Arghirescu Rogard y Baez, compartiendo una pasión por piezas de diseño audaz, se embarcaron en la misión de reimaginar la casa familiar con una mezcla de arte, textiles y mobiliario contemporáneo personalizado.
“El principal reto era crear un diálogo entre lo antiguo y lo nuevo, integrando el fuerte armazón arquitectónico histórico con un interior decididamente contemporáneo”, explica Arghirescu Rogard, quien opera desde oficinas en París y Brooklyn.
La renovación preserva detalles originales como los paneles de nogal negro, las molduras del techo y una gran chimenea abierta, los cuales sirven de telón de fondo a las modernas incorporaciones. La rica colección de arte de Baez, que incluye obras de maestros como Pablo Picasso, Robert Motherwell y Roy Oxlade, junto con piezas de su madre Lucero Gonzales, su hermano Adolfo Doring y su hija Alexandra Zelman, aporta una frescura vibrante al interior.
Un tríptico de Rose Wylie, ubicado detrás de la mesa de comedor a medida, inspiró la paleta de colores del salón. Entre las adiciones destacadas se encuentran un sofá curvado asimétrico, las sillas Conversation de Liz Collins y una tumbona Franco Albini Fiorenza. La mesa de centro amarilla, diseñada por Liz Hopkins, añade un toque de color y modernidad.
En el dormitorio principal, Arghirescu Rogard ha creado un cabecero curvilíneo de terciopelo verde oscuro y una mesa de centro de rakú amarillo y bronce, fusionando lujo y confort.
Tribeca, conocido por sus lofts y áticos habitados por artistas y creativos, ve en esta renovación un brillante ejemplo de cómo los espacios históricos pueden ser transformados con un enfoque contemporáneo sin perder su esencia. Este proyecto se une a otras destacadas renovaciones del barrio, reafirmando su reputación como un epicentro de innovación en el diseño.
