Ubicada en un entorno urbano consolidado de Miraflores, Casa M+L, diseñada por Domenack Arquitectos, se presenta como un proyecto residencial de 400 m² concebido para una nueva etapa en la vida de sus propietarios. Pensada para una pareja y, a la vez, para acoger a una familia numerosa y unida, esta vivienda redefine el vínculo entre intimidad, funcionalidad y apertura hacia la naturaleza.
La casa organiza su programa esencial en la planta baja, priorizando la accesibilidad y simplificando la circulación. Aquí se ubican el recibidor, el área social, la cocina, el dormitorio principal y los jardines, eliminando desniveles y permitiendo una experiencia cotidiana más fluida. En la planta alta, la sala familiar, conectada directamente al área social, junto con los dormitorios de los nietos y el área de servicio, complementan la funcionalidad del hogar.
Desde el exterior, la vivienda muestra una volumetría cerrada y sobria, sin aberturas visibles, que dialoga de manera respetuosa y silenciosa con su contexto urbano. Sin embargo, al cruzar el umbral, esta percepción se transforma: la casa se abre a cinco jardines interiores que estructuran el proyecto, generando una fuerte conexión visual y espacial entre los distintos ambientes.
Estos jardines no solo enriquecen la experiencia sensorial, sino que cumplen un rol clave en la sostenibilidad de la vivienda: aportan iluminación natural, ventilación cruzada y un control térmico eficiente con bajo consumo energético.
La pieza central del proyecto es el área social, definida por una cubierta suspendida de doble altura que articula los espacios principales. Este gesto arquitectónico no solo aporta jerarquía y amplitud, sino que responde a las dinámicas diversas de una familia ampliada, ofreciendo un entorno de reunión cálido, flexible y contemporáneo.
Casa M+L es, en esencia, un refugio sereno que equilibra privacidad y apertura, tradición y modernidad, dando lugar a una arquitectura pensada para ser vivida intensamente y en armonía con su entorno.