Baquio Arquitectura ha transformado un antiguo galpón, utilizado clandestinamente para peleas de gallos, en el corazón del bosque del Chocó Andino, Ecuador, en un refugio innovador llamado Irori. Este proyecto no solo busca la rehabilitación del bosque endémico, sino también la creación de un espacio de conexión y concientización ambiental.
El concepto de Irori: Inspiración japonesa
El diseño del refugio se basa en el concepto de Irori, un espacio tradicional japonés que simboliza más que su función práctica de calentar y reunir a la familia. Irori representa un lugar de encuentro, comida y socialización. Este enfoque fenomenológico en la arquitectura busca crear espacios que resuenen con la memoria colectiva y las sensibilidades humanas.
Un recorrido sensorial único
El refugio se estructura en torno a un recorrido de sensaciones, culminando en un centro de fogata que encarna el espíritu del Irori. Tres espacios distintos están diseñados para estimular los sentidos del olfato, oído y vista:
- El Olfato: Una zona con mobiliario que invita a descalzarse y a interactuar con elementos aromáticos locales. Un mueble de madera, especialmente diseñado, alberga estos aromas, creando una atmósfera relajante.
- El Oído: Un área de descanso con dos camas plegables, aislada visualmente por paneles shoji translúcidos. Aquí, los visitantes pueden percibir solo siluetas y disfrutar de los sonidos naturales del entorno.
- La Vista: Dos ventanas circulares enmarcan el paisaje natural, y los paneles finales se abren para ofrecer una impresionante vista del valle del Chocó Andino, completando así el recorrido sensorial.
Una conexión íntima con la naturaleza
El refugio se asienta alrededor de un espejo de agua, facilitando una conexión directa con la lluvia y el entorno. Además, cuenta con un baño al aire libre, donde una tina rehundida, rodeada por un cerco de bambú, ofrece una experiencia única de inmersión en la naturaleza.
El Refugio Irori de Baquio Arquitectura es una destacada iniciativa de rehabilitación y sensibilización que invita a los visitantes a reconectar con la naturaleza y experimentar la arquitectura desde una perspectiva más íntima y reflexiva.
