Casa Soleto, una antigua residencia del siglo XVII ubicada en la región de Apulia, Italia, ha experimentado una minuciosa restauración. En este proceso, se emplearon materiales como enlucido de cal, terrazo y muebles recuperados de un monasterio histórico.
Los propietarios de esta casa de cuatro dormitorios, algunas partes de las cuales tienen más de cuatro siglos de antigüedad, son el renombrado estudio de arquitectura Studio Andrew Trotter y su director, Marcelo Martínez. Aunque no se llevaron a cabo modificaciones estructurales significativas, se llevaron a cabo mejoras importantes. Se reconstruyeron algunos de los tejados que estaban en estado ruinoso, se agregaron dos nuevos cuartos de baño y tocadores, y se intercambiaron los espacios destinados a la sala de estar y el comedor.
La singularidad de esta casa radica en su distribución, que se diseñó teniendo en cuenta las necesidades de los antiguos habitantes. Por ejemplo, se conserva una capilla detrás de la cocina para que la familia pudiera orar sin salir de casa. Esta capilla se ha transformado en una sala multimedia y un tocador con ducha al aire libre, lo que la convierte en un espacio versátil que puede utilizarse como habitación de invitados adicional en caso necesario.
La visión de Trotter y Martínez era mantener la esencia del edificio original en la renovación de Casa Soleto, y el equipo conservó gran parte del pavimento original. Además, optaron por una paleta de colores discreta para el enlucido de cal en las paredes de la casa, especialmente destacable en la planta baja, donde los techos alcanzan una altura de cinco metros.
En cuanto a la cocina, el estudio Andrew Trotter decidió conservar la original de la casa, y encargaron a carpinteros de la ciudad de Lecce la recreación de las puertas de madera originales. Para realzar la sensación de autenticidad en el interior, se utilizaron alfombras de yute para cubrir los suelos de piedra y se adquirieron tapicerías y cortinas de lino de artesanos locales.
En lo que respecta al mobiliario y accesorios, se combinaron piezas de la marca danesa Frama con muebles antiguos, como una mesa de comedor del siglo XVIII rescatada de un monasterio en los Abruzos. También se adquirió un armario de finales del siglo XVIII y principios del XIX de Lombardía para uno de los dormitorios de Casa Soleto, al que solo se puede acceder a través del patio delantero y subiendo una escalera exterior.
El estudio Andrew Trotter ha realizado proyectos previos en la zona, incluyendo la transformación de una escuela del siglo XIX en una residencia familiar y la construcción de una villa de tonos terrosos utilizando arenisca local.
