En el corazón de Ahmedabad, India, la Casa MS, proyectada por el estudio Studio Saransh, propone una reflexión audaz sobre la relación entre la arquitectura brutalista y la naturaleza. Lejos de imponerse al entorno, esta residencia redefine las reglas del diseño contemporáneo al rendirse ante la voluntad de nueve árboles de neem maduros que ocupaban originalmente el terreno. En lugar de ser sacrificados, estos árboles se convierten en protagonistas, guiando cada decisión arquitectónica y dando forma a una vivienda donde el hormigón dialoga con lo orgánico.
Desde el acceso al terreno, la sensibilidad del proyecto se hace evidente: un muro perimetral abraza el tronco de un árbol, mientras que una rama que desciende hacia el vestíbulo refuerza la conexión inmediata con el entorno. Este gesto inicial se amplifica al atravesar un pasillo de entrada definido por perforaciones cuadradas en la pared, donde la luz se filtra y proyecta sombras cambiantes sobre las superficies de concreto, anticipando la experiencia sensorial que aguarda dentro.
El corazón de la casa es una crujía central de doble altura, diseñada para enmarcar uno de los árboles de neem y organizada en sentido este-oeste. Este espacio no solo estructura funcionalmente la vivienda, sino que también se convierte en el punto de encuentro de la familia, un lugar para compartir las mañanas bajo el dosel vegetal. Esta crujía conecta dos alas distintas: una frontal, que alberga la sala de estar, la terraza y el jardín; y otra posterior, destinada a la cocina, la habitación de invitados y espacios de servicio.
El equipo liderado por el arquitecto principal Malay Doshi y la diseñadora de interiores Kaveesha Shah, hace énfasis en un principio rector: adaptar la arquitectura al contexto natural y humano. Según Shah, el proyecto es una manifestación del compromiso de Studio Saransh con la integración armónica de función, individualidad y entorno.
La Casa MS representa una fusión ejemplar entre brutalismo y sensibilidad ambiental, una reinterpretación del legado arquitectónico de Ahmedabad con una mirada contemporánea y sostenible. Según Doshi, más allá de su lenguaje formal, este proyecto demuestra que el brutalismo, tradicionalmente percibido como severo, puede humanizarse y convertirse en un verdadero hogar.