En São Paulo, el arquitecto Felipe Hess reinventó esta vivienda para disfrutar tanto el interior como el exterior.
Esta casa ya pertenecía a la familia de los dueños y había sido renovada varias veces a lo largo de los años. Cuando los propietarios tuvieron la oportunidad de comprar el terreno del lado, decidieron que era tiempo de hacer una nueva remodelación de envergadura, tanto en el exterior como en el exterior.
Confiaron en el arquitecto Felipe Hess que decidió no cambiar la localización de la casa en el terreno ni los pisos intermedios en el interior. Sin embargo, el brasileño hizo varias transformaciones para ofrecer una experiencia diferente a los propietarios.
Por ejemplo, las aperturas fueron repensadas. Además, se quitaron algunas paredes interiores y una de las escaleras. En vez del antiguo techo a dos aguas, se diseñó un espacio para el entretenimiento al aire libre, lo que permitió crear una nueva relación entre la casa y el área exterior. En el nuevo terreno, el equipo de Felipe Hess construyó un garaje, una piscina y un sauna.
Una estructura de metal se conecta a la vivienda donde se descubre en el nivel superior un volumen elíptico que aloja un espacio de vida con una terraza y donde un tubo de bomberos es el elemento favorito de los niños que lo usan para bajar de un piso al otro.
Adentro y afuera, el blanco predomina, lo que da una sensación luminosa y contribuye a resaltar las piezas de mobiliario y los elementos decorativos coloridos mientras que el suelo gris ayuda a conectar visualmente los varios pisos. De una superficie total de 780 metros cuadrados, esta casa combina líneas y curvas a través de su arquitectura sorprendente.
