Tamaño, color, diseño, material, forma… Hay que valorar muchos factores a la hora de elegir una alfombra. Apunta estas pistas para no equivocarte.
Ha llegado el momento de poner la casa en “modo otoño”. Saca la mantita del sofá, las fundas nórdicas para las camas y, las reinas del calor de hogar: las alfombras. Si estás pensando en comprarte una o incluso, dudando si poner alfombra no, la respuesta es clara: ¡sí, por supuesto! Las alfombras enriquecen la decoración, aportan calidez y estilo, ayudan a estructurar el espacio y, lo más importante, las hay tan bonitas… Si no tienes claro qué tipo de alfombra poner y cómo debe ser para que quede bien en tu casa, estos son algunos puntos a tener en cuenta a la hora de elegir una alfombra.
EL TAMAÑO IMPORTA Y MUCHO
Lo básico es que se adapten a las dimensiones del espacio a cubrir y no al revés y en eso los modelos a medida llevan las de ganar. Es preferible ser generoso a quedarse cortos. Por ejemplo, en un salón, si en la alfombra entran todos los muebles que componen la zona de estar, aumenta la sensación de amplitud. Y viceversa.
LA FORMA… DEPENDE
Lo normal es rectangular pero… ¿quién dijo que hay que seguir las normas? Las redondas y las de formas irregulares se llevan mucho y dan mucha agilidad. Además, en ese caso no tienes que preocuparte tanto de las dimensiones que comentábamos antes.
SEPARAR AMBIENTES
Las alfombras no solo funcionan como elemento decorativo. También resultan perfectas aliadas para estructurar visual y conceptualmente el espacio y delimitar las diferentes funciones de un mismo ambiente. Aprovecha este recurso para organizar cada ambiente.
EL ESTILO, TÚ ELIGES
Si no quieres arriesgarte con el diseño o si tu deco ya es de por sí intensa suavízala con una tipo moqueta de color liso. Acertarás seguro. Pero la decoración de hoy pide diseños de autor. Opta por modelos llamativos, de diseño rompedor que pongan el toque en piezas ideadas por creadores de renombre. Obras de arte a tus pies.
CÓMO BUSCAR LA CALIDAD
La materia prima es fundamental. Puedes elegir entre fibra, algodón y, lo más habitual, de lana. Son extraordinarias la tibetana o la de Nueva Zelanda, mezcladas, por ejemplo, con lana argentina o de garra española, incluso seda. Las mejores alfombras son las tejidas a mano y la cantidad de nudos es lo que la convierte en una pieza de calidad –cuantos más mejor–. Revisa siempre los orillo (remates) y los flecos si los tiene. Que esté bien rematada.
Fuente: Elle Decor
