Los estudios neoyorquinos Starling Architecture y Emily Lindberg Design han renovado una casa adosada de Brooklyn para una familia joven, combinando dos unidades en una sola vivienda y unificándolas mediante el uso de roble blanco.
La casa adosada de Carroll Gardens estaba diseñada anteriormente como vivienda bifamiliar, pero los propietarios necesitaban más espacio para sus hijos en edad de crecimiento, por lo que decidieron unir las unidades.
En un principio, Starling Architecture y Emily Lindberg Design recibieron el encargo de reformar y actualizar estéticamente la casa, además de añadir espacios para home office y un gran comedor.
Una vez iniciado el proyecto, el alcance se amplió para incluir una revisión completa de la distribución, una nueva escalera, un amplio paquete de carpintería y la sustitución del mobiliario y las obras de arte.
“Aparte de dar a todo el mundo un poco más de espacio para trabajar, vivir y crecer, también nos centramos rápidamente en aportar más luz y conexión entre los distintos niveles”, explica Ian Starling, fundador de Starling Architecture.
Con cinco plantas, el edificio tiene una superficie habitable total de 344 metros cuadrados, donde se encuentran cuatro dormitorios, cuatro habitaciones y dos baños.
El comedor está envuelto en paneles de roble blanco europeo que se extienden desde un largo banco empotrado, a través del techo, y bajan hasta un biombo de lamas frente a la escalera. Dentro se encuentra una mesa de nogal con esquinas redondeadas, que proporciona el espacio suficiente para recibir a los amigos y a la familia.
El roble blanco continúa en la escalera que recorre todos los niveles y en el suelo de todo el piso, hasta un pasillo y el cuarto de barro, el tocador, la oficina y el bar húmedo a nivel del jardín.
Los tonos terrosos de la madera ayudaron a orientar el resto de la decoración, que incluye tonos azules fríos compensados por materiales familiares como la pizarra púrpura y el ladrillo de arcilla.
El espacio de oficina está revestido de corcho, mientras que la sala de juegos de los niños, en el sótano, presenta colores más vivos sin parecer demasiado juvenil.
