Con una propuesta que expande los límites de la vivienda tradicional, la arquitecta peruana Zoe Beteta presentó INTERSECCIONES en la edición 2025 de CASACOR, reafirmando su visión de una arquitectura sensorial, adaptable e inteligente. Diseñada junto a su estudio creativo Darqma, esta casa desmontable de cinco módulos y más de 75 m² construidos se emplazó sobre un terreno de 350 m², generando una experiencia inmersiva donde habitar se convierte en un acto consciente.
INTERSECCIONES no solo innova en forma y función, sino que propone una arquitectura emocional, diseñada para inducir pausa, bienestar y reconexión. Automatizada, ergonómica y silenciosa, la casa está pensada para vivirse con todos los sentidos: desde el sistema de iluminación hasta el diseño del baño, cada detalle fue concebido para crear un ecosistema de calma.
El recorrido inicia en un hall escultórico, donde murales de Arisu y Naranja Bicolor se entrelazan con obras de la artista Helena Rivera, cuya intervención pictórica se despliega hacia el interior. Rivera también firma una pieza escultórica de uso funcional que actúa como eje central del espacio. La presencia del arte no es decorativa, sino estructural: refuerza el carácter reflexivo del proyecto.
Tecnología y arquitectura se fusionan de manera orgánica. La inteligencia artificial fue empleada como herramienta conceptual en el desarrollo de piezas gráficas, fortaleciendo el principio que da nombre al proyecto: intersecciones entre lo humano, lo natural y lo digital.
El trabajo de Zoe Beteta, desde Darqma, se caracteriza por integrar neuroarquitectura, biofilia, arte y procesos emergentes en proyectos residenciales, comerciales e institucionales. Su enfoque redefine el lujo, entendiéndolo como bienestar tangible y diseño con propósito.
INTERSECCIONES no fue concebido únicamente como un pabellón para exposición, sino como un modelo replicable de vivienda adaptable.