En el exuberante enclave de Dorado Beach, en la costa norte de Puerto Rico, Paul Raff Studio ha transformado por completo Villa Brisana, una residencia familiar que ahora redefine el concepto de vida tropical contemporánea. La casa, originalmente construida en 2001 y con 315 metros cuadrados interiores, carecía de conexión con su entorno natural y de la amplitud que exige el clima caribeño.


Bajo la dirección del arquitecto canadiense Paul Raff, el estudio con sede en Toronto reimaginó la vivienda como un santuario tropical de 375 metros cuadrados, en el que los límites entre el interior y el exterior se diluyen con naturalidad. “Vivir en este paisaje tropical te hace sentir conectado con él, conectado con la naturaleza”, afirma Raff. Ese principio guió todo el proceso de diseño.


La renovación mantuvo elementos esenciales de la estructura original, como su característico techo a dos aguas, que ahora alcanza los 5 metros de altura en la sala de estar. Este gesto arquitectónico aporta verticalidad, dinamismo y nuevas posibilidades de uso, como convertir las paredes en superficies para proyecciones de cine.
Inspirado en las raíces caribeñas, el proyecto emplea materiales tradicionales como estuco encalado, hormigón y tejas de terracota, reinterpretados desde una perspectiva contemporánea. Uno de los elementos más destacados del rediseño son tres pantallas solares de terracota, con cortes festoneados, que cubren el 20 % del exterior de la vivienda. Estas pantallas, de entre 5,5 y 9,7 metros de largo, no solo reducen la incidencia solar y aportan privacidad, sino que también enriquecen la experiencia visual y espacial con sus sombras y texturas cambiantes.


El proyecto prioriza la conexión con la naturaleza a través de jardines perimetrales, patios íntimos junto a los dormitorios y una zona exterior central que fomenta la vida social. Con 11 puertas que abren al jardín, patios y pequeños espacios al aire libre, la casa establece una interacción constante con el paisaje.
Además, la piscina fue completamente rediseñada y ahora se extiende 5 metros a lo largo del borde norte de la propiedad. Su nueva forma lineal la convierte en una piscina de entrenamiento con acceso directo desde el jardín y el dormitorio principal, integrando funcionalidad y disfrute.

Villa Brisana, en su nueva versión, es una muestra del equilibrio entre tradición local y visión contemporánea, donde la arquitectura se funde con la naturaleza para ofrecer una experiencia residencial sofisticada, fresca y profundamente conectada con el entorno tropical.