Vero’s Cafetería no es solo un lugar donde se sirve café y postres: es un espacio donde el diseño interior se convierte en vehículo de memoria, identidad y evolución familiar. Este proyecto, liderado por la arquitecta y diseñadora de interiores Marcela Vásquez, refleja cómo el diseño puede acompañar los sueños y crecer con ellos.

El vínculo entre Marcela y Vero’s comenzó en 2017, cuando fue convocada para rediseñar la primera sede de esta cafetería familiar, fundada en 2006 por los padres de quienes hoy lideran el negocio. La renovación de ese primer local fue más allá de lo estético: implicó una redefinición de marca, experiencia y atmósfera, con el objetivo de conquistar nuevas generaciones sin perder el alma del proyecto original.

La propuesta de diseño abrazó el estilo industrial moderno, donde materiales atemporales y detalles cálidos se fusionaron para crear un ambiente acogedor, alineado con la esencia de Vero’s: postres caseros, café y dedicación.
Hoy, esa historia evoluciona con la apertura de una segunda sede en un nuevo distrito. Esta vez, el espacio es más íntimo, pero mantiene intacto su propósito: ofrecer una experiencia auténtica, funcional y emocionalmente conectada con su público.


El diseño de esta nueva sede reafirma el estilo industrial-moderno, al que se le ha dado una vuelta contemporánea con el uso de materiales naturales: madera clara tipo haya, piedra sinterizada de alta resistencia para las superficies de trabajo, mobiliario de fierro negro pintado al horno y repisas de melamina que combinan estética profesional con calidez.
Cada elemento fue pensado bajo una premisa clave: que el espacio pueda migrar con ellos. Por eso, el mobiliario y los módulos están diseñados en formato modular, facilitando su desmontaje y traslado sin sacrificar estilo ni funcionalidad.

La zona de trabajo, revestida con ladrillo blanco, aporta luminosidad y orden visual. Los equipos de acero, fabricados a medida, optimizan el flujo de tareas, mientras que una iluminación puntual destaca las vitrinas, los productos y cada rincón en el que el cliente se sienta a disfrutar.
Para Marcela Vásquez, este proyecto es más que diseño: es acompañar un sueño familiar que se transforma y se proyecta al futuro. Una prueba tangible del poder del diseño para narrar historias, preservar esencias y construir nuevos capítulos con sentido y propósito.