De herencia neoyorquina, reminiscencia de naves industriales, los lofts tienen unas características concretas que los definen. Un tipo de construcción que se ha ganado su identidad y que nació en Nueva York.
En la Real Academia de la Lengua Española no vas a encontrar el significado de loft. Y, sin embargo, no paramos de usar y ver escrito este término. Es una palabra anglosajona que aún no ha entrado en nuestro Real diccionario y que, en ocasiones, no empleamos bien. A la espera de una descripción oficial, te vamos a contar qué es realmente este tipo de construcción, qué características debe tener una vivienda para (tener el honor de) denominarse así y cuál es su historia.
El concepto de loft lo hemos heredado en el mundo desde la ciudad por antonomasia de los rascacielos: Nueva York. Los primeros lofts y, por ende, su concepto, surgieron allí en los años setenta, tras la desindustrialización. Una crisis provocó que muchas pequeñas fábricas, almacenes y talleres de barrios como el SoHo o Tribeca fueran abandonados por falta de dinero, subvenciones y el cese de la actividad. Entonces, estos espacios fabriles fueron adaptados a viviendas por artistas que necesitaban grandes espacios para crear a precios muy baratos. Con el paso de los años, estos pisos-talleres se pusieron de moda y personas con más recursos económicos y firmas de lujo se mudaron a estos barrios, produciéndose un proceso de (la ahora tan famosa) gentrificación.
Resumiendo mucho podríamos decir que para que el término loft sea 100% aplicable a una vivienda: 1) debe tener un pasado industrial, 2) tiene que tratarse de un espacio diáfano y 3) tiene que encontrarse en suelo urbano. Todo lo demás, es un piso.
Lo primero que hay que destacar de un loft es su sentido del espacio, concretamente, de espacios abiertos. Este tipo de construcciones casi no tienen tabiques divisorios, son diáfanos o como mucho cuentan solo con el cuarto de baño independiente. Eso no quiere decir que no se pueda realizar alguna compartimentación en el interior para marcar ambientes. Como, por ejemplo, el dormitorio. Pero es verdad, que suelen usarse tabiques poco convencionales para no romper la estética y sentido de un loft. Es decir, es fácil ver tabiques que no llegan al techo, paneles de cristal y otro tipo de separaciones más allá del tradicional muro como los cerramientos de cristal y perfilería oscura.
Un loft puede ser muy grande. Dos de las características que le definen son los techos altos y los grandes ventanales. Dada la altura de los techos, que puede llegar hasta a 30 metros, es posible crear dos plantas para separar los dormitorios de las áreas comunes o ganar otro dormitorio. También es frecuente encontrarse con las instalaciones vistas en el techo (tubos de aire y cableado) y columnas o pilares (metálicos) vistos ya que no quedan integrados ni ocultos en muros, puesto que no los hay. Todo esto porque, como hemos explicado anteriormente, los loft cuando aparecieron no eran viviendas, sino locales comerciales o naves antiguas. Algunos en altura y otros pueden encontrarse a pie de calle. Pero por su utilización industrial era necesario que el espacio fuese amplio y estuviera despejado.
Se pueden encontrar por este motivo lofts en edificios antiguos como en el caso del barrio de Tribeca en Nueva York, rehabilitados la mayoría de industrias antiguas. Pero también, con el boom de la construcción, se han levantado edificios modernos de lofts, tanto para acoger empresas como para destinarlos a viviendas.
Normalmente podríamos atribuir otra característica al loft: es un tipo de vivienda urbana porque están ubicados en núcleos de población urbanos, más o menos céntricos o bien conectados con el centro.También estamos acostumbrados a ver lofts convertidos en estudios o galerías de arte por las características que hemos comentado. Son espacios en los que un artista puede trabajar bien con espacio y luz y dimensiones aptas para crear y organizar sus obras. Y como galerías porque el edificio en sí ya es arte en muchos casos y porque las dimensiones permiten exhibir obras de gran tamaño.
Los materiales y acabados también definen este tipo de construcciones: ladrillo visto, hierro, maderas, piedras naturales, acero… Una tendencia es usar también el cemento pulido en suelos y paredes porque encaja. Aunque en cuanto a mobiliario suele asociarse con el estilo industrial y los colores fríos, esto es solo una generalización porque hay decoradores que han recurrido a maderas más claras y un estilo más cálido, alejado del industrial, con éxito. Sin que el loft pierda ninguna de sus características arquitectónicas.
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