El proyecto Vania, a cargo del estudio Polígono Arquitectura y Diseño Interior, liderado por el arquitecto César Gómez y la interiorista Grecia Villar, es una experiencia sensorial donde el confort y la sofisticación se entrelazan en cada rincón. Los espacios, cuidadosamente diseñados, revelan una armonía de tonos neutros y formas suaves que invitan a la serenidad y al deleite estético.
La sala, el corazón del hogar, es una manifestación de elegancia moderna con toques de calidez. El sofá, con su tapicería en tonos beige suaves, ofrece un abrazo de comodidad, mientras que la butaca giratoria añade dinamismo y funcionalidad al espacio. La paleta de colores, dominada por neutros cálidos, es suavemente contrastada por elementos en madera, como la mesa de centro, que actúa como un puente entre la modernidad y lo natural. Las molduras estratégicamente colocadas en las paredes, junto con detalles de celosía, aportan una dimensión arquitectónica que enriquece el ambiente, transformando las paredes en piezas de arte en sí mismas.
El comedor, diseñado para ser una extensión natural de la sala, mantiene la coherencia estética a través de la repetición de formas y materiales. La mesa redonda de madera, con su diseño minimalista, es el epicentro alrededor del cual gira el espacio, complementada por sillas abutacadas que combinan confort y sofisticación. Los wall panels de perfil redondo, que enmarcan un espejo de gran formato, no solo aportan profundidad visual, sino que también iluminan sutilmente el área con luminarias de pared, creando un ambiente íntimo y acogedor. La elección de esculturas de pared que simulan aves en vuelo añade un toque artístico que evoca movimiento y vida, invitando a explorar más allá de los límites del espacio físico.
En el dormitorio, la serenidad continúa siendo el hilo conductor. El uso de colores pastel y neutros suaves, combinados con detalles dorados, crea un ambiente que es a la vez relajante y lujoso. El revestimiento de melamina con cintas doradas detrás de la cama actúa como un telón de fondo elegante que enmarca el descanso, mientras que los toques de mármol en los paneles y el tocador añaden una sofisticación atemporal. Los muebles, como los veladores flotantes y el baúl de almacenamiento bajo la ventana, están diseñados no solo para ser funcionales, sino también para integrarse armoniosamente en el diseño general, sin romper la fluidez del espacio.
Este proyecto es un ejemplo de cómo el diseño de interiores puede ser tanto una expresión artística como una creación de espacios funcionales. Cada detalle, desde la elección de materiales hasta la disposición de los muebles, ha sido pensado para crear un hogar que sea un refugio de paz y estilo. Es un espacio donde la estética moderna se encuentra con la comodidad cotidiana, ofreciendo una experiencia que es tan visualmente impactante como acogedora.
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