Escondida en el poniente de Alemania, este edificio es la síntesis perfecta del genio creativo del célebre arquitecto japonés.
El proyecto surgió de la necesidad de Viktor y Marianne Langen de establecer un lugar permanente para exhibir, cuidar y conservar su colección de arte japonés que consta de unas 500 obras que datan del siglo XII al XIX. En sus mejores epocas, la colección comprendía alrededor de 1,180 piezas, incluyendo 300 obras del siglo XX. En 1979 los coleccionistas erigieron un museo privado en Ascona, Suiza para albergar su colección de cuadros japoneses en pergamino, el cual cerró en 2004.
La pareja adquirió obras de arte japonés, arte asiático (India, Camboya, Tailandia, China y Corea) y del modernismo occidental desde finales de los años cuarenta. Del mismo modo, la colección de arte moderno incluye obras de grandes artistas como Paul Cézanne, Max Beckmann, Andy Warhol, Mark Rothko, Jean Dubuffet, Francis Bacon y Sigmar Polke, al igual que piezas de Lucio Fontana e Yves Klein.
Es aquí donde comienza la historia del Langen Foundation Museum, gracias a que el coleccionista Karl-Heinrich Müller desarrolló un proyecto visionario en 1994 con el objetivo de unir el arte y la naturaleza, situado en una antigua base de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) en medio de un paisaje del Bajo Rin, cercano a la ciudad de Düsseldorf.
El arquitecto Tadao Ando, siguiendo una invitación de Karl-Heinrich Müller, visitó el sitio en 1994 entusiasmado con los planes del coleccionista, y desarrolló un modelo arquitectónico que se integraría a la perfección en el proyecto. Cuando Marianne Langen vio por primera vez los planos de Ando en 2001, decidió respaldar y financiar este edificio como la última, y también la más grande, obra de arte de su colección.
Dos características fundamentales jugaron un papel predominante en la concepción del proyecto, la primera el reconocido amor de Tadao Ando por el concreto, y la segunda, la necesidad de respeto y adecuación especifica del sitio. De esta forma, combinó el concreto, el vidrio y el acero adaptando el edificio a la topografía de las murallas circundantes, las cuales se abrieron por un lado para facilitar la zona de entrada, resaltada por un muro semicircular de concreto de cuatro metros de altura.
Los tres espacios de exposición del Langen Foundation Museum, suman un total de 1,300 metros cuadrados. Una larga y estrecha galería, llamada “Japan Room”, está pensada para funcionar como un espacio de tranquilidad y planeada para exhibir parte de la colección de arte japonés. Dos salas subterráneas de exposición, con una sorprendente altura de ocho metros, fueron diseñadas para albergar exposiciones de arte moderno.
El volumen principal del edificio está formado por dos cubos paralelos que se encuentran enterrados a casi seis metros de profundidad mientras una piel de vidrio protege al edificio de la intemperie ofreciendo vistas hacia un impresionante espejo de agua. Entre los dos cubos, una escalera monumental asemeja a una conexión entre el cielo y las profundidades de la tierra.
Fuente: AD
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