Ocupan poco espacio, son muy decorativos y ofrecen las mismas ventajas que los jardines convencionales. Además, quedan igual de bien en el interior y en el exterior.
Son muros vegetales que se pueden colocar tanto en el interior como en el exterior. Como su propio nombre indica, son jardines que crecen en una pared. Son la última tendencia en jardines urbanos, ya que aprovechan el espacio y ofrecen toda la frescura y naturalidad de las plantas. Se cultivan sobre soportes especiales que ofrecen esa apariencia tan compacta, maximizando el espacio.
Tienes muchísimas opciones. Desde un enrejado con plantas trepadoras o suculentas, a un soporte alto con varias baldas o, incluso, una escalera o un palé de madera. Cualquier pared es válida para instalar un jardín vertical. En muchas tiendas especializadas, venden el bastidor ya preparado para que cultives tu propio jardín vertical, pero también puedes colocar varias macetas muy juntas con plantas colgantes. Cuando crezcan y florezcan, el efecto será similar.
Aunque no lo creas, los jardines verticales tienen muchísimos beneficios también en el interior. Ofrecen todas las ventajas de las plantas, en el mínimo espacio y con un alto poder decorativo. Según el noruego Jørn Viumdal, "los jardines verticales en el interior contribuyen a aumentar el bienestar y a reducir los niveles de estrés, tanto para los adultos como para los niños.
Fuente: El Mueble
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