Arquitectura

Huamachuco 660: Renovación y tradición por Diego Uriol

Te invitamos a conocer este increíble proyecto comercial diseñado por el arquitecto Diego Uriol. Se trata del proyecto Huamanchuco 660 ubicado en el histórico departamento de La Libertad.

La ciudad de Huamachuco, en pleno Ande Liberteño, es un importante nodo comercial, social y cultural en la región. En medio de un boom que generalmente busca renovar estructuras, Huamachuco 660 se desarrolla en un predio que ha resistido en gran medida al paso del tiempo y esa es su fortaleza.

Una secuencia espacial de muros anchos, dos patios que se abren al característico cielo azul de la zona y espacios acogedores nos permiten mantener un aire de hogar añejo en la intimidad de sus renovados ambientes. Así como se decidió mantener la configuración original de la casa en cuanto a distribución, se devolvió su identidad a través de la materialidad utilizada ahí mismo en diferentes momentos de su historia.

Se recuperaron los pisos de canto rodado y lajas de piedra en los patios y el corredor de ingreso; a la par de la columnata de madera y cobertura de teja andina sobre la galería principal, complementando su calidez con losetas de terracota. En todos los muros se recurrió al tradicional enlucido de torta de barro en color natural y dos acentos cromáticos de ocre y verde agua, del que encontramos vestigios.

Los salones interiores se vistieron de losetas de mosaico y pisos de madera, con muros de acento en adobe expuesto, parte importante del cuerpo de esta arquitectura. En los cielos rasos del proyecto se recuperaron algunas y replicaron otras vigas de madera, en conjunto con una iluminación sobre de rieles, de deliberado carácter contemporáneo, que le otorga un aire de constante exhibición y apreciación a los espacios.

Con el mobiliario se decidió ir por una línea sobria, a galope entre cálida e industrial, que se asimila bien al espíritu de la propuesta y le cede el protagonismo a las manifestaciones artísticas de manos locales que se quiso dejar patente en los ambientes: sombreros y platos tejidos, soguillas, canastas y murales de flores a imitación de los bordados locales. De esta forma, se unió el pasado y el presente en un proyecto que le devuelve la vigencia a esta casa, respirando el aire de su gran pasado mientras se cubrió las necesidades del público de hoy.