Dirigió durante tres décadas la firma que lleva su apellido. Gerd Bulthaup vivió para la fabricación de la cocina, en la que introdujo su pasión por la arquitectura, la Bauhaus y el diseño atemporal.
Empresario y referente de una época, Gerd Bulthaup (1944 - 2019) hizo de la cocina un taller perfectamente diseñado, su refinamiento elevó la estética de forma revolucionaria. Nació en la Baja Baviera alemana, solo cinco años antes de que su padre, Martin Bulthaup, fundase la empresa que dirigiría a partir de 1976 con su hermana, Ingeborg Eckert. Como nuevo director general incorporó a la marca su pasión por la arquitectura, la filosofía de la Bauhaus y el diseño atemporal. Bulthaupnació en la posguerra para hacer de la cocina un lugar acogedor, pero Gerd quiso ir más allá. En 1984 presentó System B, era su primer proyecto y, con él, introdujo la isla central dentro de la cocina.
Gerd Bulthaup lo tenía claro: “Queríamos sencillamente construir las mejores cocinas y no basarnos en lo existente, sino inventar nuevas soluciones prácticas y crear un espacio vital de encuentro y comunicación”, y lo consiguió. De la mano de Olt Aicher, realizó un estudio durante más de un año para el que hicieron más de 50 viajes por todo el mundo. Su conclusión: el diseño de los elementos que forman una cocina han de centrarse en lo fundamental. Una filosofía que está recogida en el libro La cocina para cocinar (1982), que firma su compañero de aventuras.
Asentado en la dirección de la empresa, en 1988 creó una de sus obras más innovadoras, el Küchenwerkbank ('banco de trabajo' en español). Por primera vez, un solo módulo reunía todas las áreas de trabajo necesarias en una cocina. Al mismo tiempo, también incorporó materiales como el acero inoxidable o el aluminio. Periódicos y revistas de diseño lo calificaron como la primera gran innovación desde la cocina de Frankfurt de la arquitecta austriaca Margarete Schütte-Lihotzky.
Fue el hombre que creó las cocinas más revolucionarias, siempre huyó de las modas. En 1992 lo volvió a demostrar gracias al enfoque contemporáneo, funcional y versátil de su proyecto System 25. Se trataba de la primera cocina modular de la historia y la filosofía de Gerd seguía siendo la misma: las cocinas debían ser espacios para el disfrute. Así, Bulthaup se consolidó como la príncipal firma ligada a la arquitectura de la cocina.
Con el cambio da siglo, Gerd abandonó la dirección de la compañía pero no dejó la firma. En el 2004 presentan Bulthaup B3, un proyecto en el que la principal novedad está en la incorporación de la pared multifuncional B3. Cuatro años más tarde, en 2008, se presentó una de sus últimas novedades, Bulthaup B2, un sistema de almacenamiento racional en su forma y práctico en su función. Después de más de treinta años al frente de Bulthaup, le cedió el testigo de la firma a su sobrino Marc O. Eckert. Fueron tres décadas en las que Gerd Bulthaup hizo de la cocina un lugar de culto al diseño, un lugar en el que cocinar empezó a ser divertido. Gerd fallecía el pasado 1 de agosto a la edad de 75 años, la marca decía en un emotivo comunicado: "Bulthaup ha perdido al pionero de la marca, una gran personalidad y una persona maravillosa. Sin embargo, su inspiración y su pasión permanecerán siempre presentes en la empresa".
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