
El estudio Brooklyn Light and Air Architecture ha diseñado una apertura en el centro de una casa adosada estrecha, permitiendo que la luz natural inunde todos sus espacios interiores.
Con solo 4,6 metros de ancho, la Casa del Vacío presentó un desafío significativo para el estudio Light and Air Architecture, que tuvo que repensar de manera estratégica la distribución de los espacios para optimizar su funcionalidad y luminosidad.
La solución llegó al reorientar la escalera central, haciéndola perpendicular al edificio e incorporando curvas cerradas y rellanos de dos niveles para lograr la elevación deseada.
"La rotación de la escalera mejora su eficiencia al generar dos espacios más amplios y profundos que estructuran el edificio a cada lado", explica Shane Neufeld, fundador del estudio.
Un gran tragaluz inclinado, ubicado sobre la escalera de acero y roble blanco hecha a medida, permite la entrada de luz natural. Este efecto se potencia con el pequeño vacío contiguo, que recorre toda la altura del edificio.
Además, el uso de contrahuellas abiertas, barandillas delgadas y divisiones de vidrio favorece que la luz fluya desde el tragaluz y las ventanas en cada extremo del edificio hacia el interior.
"El resultado es una serie de espacios interconectados, tanto vertical como horizontalmente, donde la luz natural proviene de ambas fachadas y del vacío central que estructura el edificio desde dentro", añade Neufeld.
Los espacios habitables se distribuyen en los dos niveles inferiores, accesibles desde la calle.
En el nivel del jardín, una cocina minimalista de roble se abre al patio trasero a través de puertas plegables de vidrio, generando una fluida transición entre interior y exterior. A su lado, la mesa del comedor se ubica junto a una sala de estar en la parte frontal de la casa.
En el siguiente nivel, el salón principal da la bienvenida a través de la entrada principal. Aquí, una chimenea monolítica de piedra verde se convierte en el punto focal de un espacio formal. La parte trasera de esta planta alberga una biblioteca y sala de televisión, con estanterías empotradas de roble, almacenamiento cerrado y un centro multimedia que cubre una pared completa.
Los pisos superiores están dedicados a las habitaciones privadas: dos dormitorios con baños en suite ocupan cada extremo del tercer nivel, mientras que otros dos comparten un baño en el cuarto nivel.
En la azotea, un jardín privado flanqueado por hileras de plantas altas crea un oasis de tranquilidad, con asientos al aire libre que disfrutan de privacidad y vistas despejadas.
El mobiliario ha sido cuidadosamente seleccionado para complementar la estética minimalista del interior, incluyendo piezas icónicas como las mesas de café Noguchi y un sillón Eames con otomana.
Desde su fundación en 2017, Light and Air Architecture ha llevado a cabo diversas renovaciones y ampliaciones de casas adosadas y apartamentos en Brooklyn. En Clinton Hill, el estudio transformó una vivienda para integrarla con el exterior, mientras que en Bed Stuy, reconfiguró una propiedad histórica alrededor de una escalera enmarcada por grandes paneles blancos.
Con cada proyecto, el estudio reafirma su enfoque en la luz, la materialidad y la eficiencia espacial, desafiando los límites de la arquitectura residencial en entornos urbanos densos.
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