Después de un largo viaje por el mundo, lo único que buscamos es volver al origen, al lugar que nos define, nuestro espacio seguro. Esto es precisamente lo que Carlos Maza Fernandini buscó transmitir en su último proyecto, "El Refugio". Este espacio es una mezcla armoniosa de texturas naturales y elementos personales que reflejan la personalidad de quienes lo habitan.
El proyecto se ha materializado en un loft de 63 m² que integra sala, comedor, cocina y dormitorio en un solo espacio fluido. Todo el proyecto ha sido domotizado inteligentemente, permitiendo un control individualizado de la iluminación y los rollers en cada ambiente. Esta tecnología ofrece la libertad de trabajar y vivir en cada área con comodidad, además de la posibilidad de crear escenas específicas para cada tipo de ambiente.
Para llevar a cabo este proyecto, Carlos Maza Fernandini colaboró con destacadas empresas como CASA 100, que proporcionó todo el mobiliario. El diseño se enfocó en evitar la sobrecarga del espacio, optando por piezas puntuales que destacan por su belleza y singularidad, como un hermoso coral de centro de mesa en la sala, la escultura de cerámica de Sonia Céspedes y una impresionante escultura de algodón que llama la atención de inmediato. El refugio fue un espacio diseñador para la muestra de diseño y arquitectura Casacor.
“El objetivo de este espacio es demostrar que el ahora es un regalo, creado en base a un hombre que viaja por el mundo y que, cuando regresa a su Perú, disfruta atendiendo y cocinando para sus amigos, siendo un excelente anfitrión. Personalmente, me identifico con este personaje”, comentó Carlos Mazza Fernandini en una entrevista con DOSSIER.
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