El estudio de Toyo Ito & Associates presenta su proyecto para el nuevo Museo Hermitage en Barcelona, España.
El diseño presenta cintas continuas y orgánicas que habilitan la generación de espacios fluidos e interconectados, al mismo tiempo que potencia el planteamiento de sinergias con otros museos artísticos y equipamientos culturales de la ciudad, una fuerte intención de integración con el entorno y la consideración de nociones de sostenibilidad y seguridad.
Con una superficie construida de aproximadamente 13.300 m², el edificio se emplazará en la Nova Bocana del puerto de Barcelona, potenciando la interacción de la ciudad con su frente marítimo y enlazando los servicios culturales y sociales de la ciudad entre sí. A continuación, conoce el proyecto en profundidad en palabras de sus autores:
Espacio fluido
Una de las características más notables dentro de la arquitectura de Toyo Ito es la fluidez de los espacios, la cual permite intuir incluso el recorrido invisible que describe el aire en el interior de los edificios. Todo museo necesita de un soporte o pared para exhibir sus pinturas y de un cerramiento térmicamente eficiente, pero en el Hermitage, los muros no contienen las salas, sino que estos son cintas continuas que rodean los usos, y que se recortan oblicuamente generando cortes de parábola en las redondeadas esquinas, para crear un flujo diagonal entre los espacios colindantes.
Esta conexión es tanto física como visual, generando así unas sugestivas relaciones espaciales entre salas, usos y niveles. Este concepto no se limita a una sala, sino que se extiende por todo el edificio con un total de 7 muros-cinta, definiendo espacios y usos interconectados. El flujo se genera de manera espontánea en la ausencia de barreras, invitando al visitante a recorrer los espacios, al permitirle pasear libremente y de manera agradable por el edificio.
Integración del Hermitage Barcelona con su entorno
El Hermitage es un Museo para la ciudad de Barcelona. Por esta razón el propio espacio interior del edificio se convierte en una prolongación de la ciudad, siendo muy importante la relación que tiene el edificio respecto las tres plazas: la plaça de la Marina Seca al este (nivel +11.00), la plaça de la Marina al sur (nivel +2.10) y la plaça Rosa dels Vents, al norte (nivel +6.50). El Hermitage Barcelona es accesible por el ciudadano a través de estas 3 plazas, invitando a atravesar el edificio en cualquier dirección para salir por otra plaza diferente de la que entró.
Además, se crean tres nuevas plazas-mirador públicas, en diferentes plantas del Hermitage: en el nivel +10.70, una plaza cultural, relacionada con los talleres y la biblioteca, de unos 180 m²; en el nivel +23,30 una plaza mirador-eventos, de 872 m², con vistas al mar, más allá del rompeolas; finalmente, una plaza ajardinada en el nivel de azotea de 400 m², en el nivel +27.50, que ofrece un privilegiado mirador a la ciudad de Barcelona, mientras se disfruta del ambiente de obras de arte integradas en la vegetación y aromas mediterráneos.Con todas estas opciones se integra el Hermitage con las plazas, antes desconectadas.
Fuente: ArchDaily
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