Este estilo emplea materiales como el hormigón, el acero y el vidrio, los cuales se dejan en su estado natural o se muestran de manera cruda y honesta.
El brutalismo es un estilo arquitectónico que surgió en la década de 1950 y alcanzó su apogeo en las décadas de 1960 y 1970. Se caracteriza por un enfoque honesto y sin adornos en el diseño, con énfasis en la funcionalidad y la expresión de los materiales en bruto utilizados en la construcción.
El término "brutalismo" proviene del término francés "béton brut", que significa "hormigón crudo". El brutalismo se asocia comúnmente con estructuras de hormigón armado que muestran su materialidad sin ocultarla bajo capas decorativas. Estas construcciones a menudo tienen formas geométricas audaces y utilizan líneas angulares y formas simples.
El brutalismo tiende a destacar la volumetría y la masa de los edificios, con una atención mínima a la ornamentación superficial. Los arquitectos brutalistas buscaban crear estructuras que fueran sólidas, duraderas y prácticas, y que expresaran una estética industrial y funcional. Los materiales utilizados, como el hormigón, el acero y el vidrio, se dejan en su estado natural o se muestran de manera cruda y honesta.
Si bien el brutalismo a menudo ha sido objeto de controversia y críticas, también ha sido admirado por su estilo audaz y su enfoque en la forma y la función. Muchos edificios brutalistas se han convertido en hitos arquitectónicos y han adquirido un estatus icónico en algunas ciudades.
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