Con representaciones cada vez mejores volviéndose omnipresentes en la arquitectura, tanto estudiantes como profesionales sienten la presión de dominar un conjunto adicional de habilidades para transmitir sus ideas.
¿Hasta qué punto los renders hacen o deshacen un portafolio o un proyecto? ¿Qué importancia tienen en el proceso de diseño? ¿Los renders informan sobre un conjunto particular de habilidades además de las del software? Este artículo explora diferentes perspectivas sobre el papel de las representaciones dentro de la profesión.
Representaciones que llaman la atención parecen estar en todas partes, desde los medios arquitectónicos hasta las vallas publicitarias, lo que deja a las prácticas con un fuerte incentivo para tratar de emular este tipo de visualización dentro de su trabajo. Sin embargo, el renderizado es una herramienta que puede servir para múltiples propósitos, desde contar historias hasta una comunicación estratégica de habilidades e intenciones hasta la exploración diaria de las opciones de diseño. Dado que las herramientas digitales están en constante evolución, la arquitectura debe experimentar con las técnicas en una amplia gama de procesos de diseño para descubrir dónde se encuentran las oportunidades creativas más importantes.
El artista de la visualización como profesión
En el mundo hiper-especializado de hoy y con el diseño cada vez más complejo, las y los arquitectos rara vez puede ser expertos en todos los sectores. Desde consultoría de sostenibilidad hasta gerentes BIM, la profesión se basa en el conocimiento de actores especializados en un área específica del proceso de diseño, siendo los profesionales quienes crean y curan la visión general. Por lo tanto, vale la pena tener en cuenta que muchas prácticas recurren a artistas 3D con experiencia para mostrar sus diseños de la manera más favorable, especialmente cuando se trata de representaciones de competencia y proyectos de alto riesgo. Estos perfiles de profesionales han dedicado innumerables horas a dominar no solo el software, sino también la composición, las atmósferas y el entorno. Esto no quiere decir que uno no deba trabajar para desarrollar nuevas habilidades o que quienes son profesionales en arquitectura no puedan producir representaciones exquisitas, sino que hay más que escenarios de luz y mapeo de materiales.
El render como lenguaje
Al igual que cualquier otra forma de representación arquitectónica, las representaciones son un medio para transmitir ideas y conceptos. La tradición de las escuelas de Bellas Artes nutrió la calidad artística del dibujo arquitectónico, mientras que las universidades de hoy organizan conferencias y talleres completos para enseñar a las y los estudiantes cómo crear imágenes que expliquen mejor sus proyectos.
Dentro de la economía de la atención, los proyectos compiten entre sí a través de imágenes. Cuanto mejor sea la visualización, mayores serán las posibilidades de que el diseño se note y gane tracción. Esto es cierto tanto para la academia como para la práctica, ya que es más difícil mantener un ojo crítico frente a atmósferas realistas y cautivadoras. En palabras de des Combes nuevamente: "creer en lo que ves conduce a una forma de aceptación que elimina gran parte del pensamiento crítico". En este sentido, las representaciones pueden cambiar la percepción sobre un proyecto independientemente de sus cualidades de diseño, y los arquitectos deben ser más conscientes de este sesgo inconsciente.
Lo que los renders dicen sobre quién los genera
Para las y los recién graduados, donde en la mayoría de los casos no hay ninguna experiencia previa significativa para sopesar en un posible proceso de selección de trabajo, los portafolios son de suma importancia. Además, dado que es de conocimiento común que las aplicaciones se revisan en muy poco tiempo, es esencial hacer entender el potencial del diseño de un vistazo, a través de imágenes audaces. Como resultado, hay artistas del renderizado que organizan revisiones de portafolios en sus canales de Youtube, brindando información valiosa a estudiantes y jóvenes practicantes.
Sorprendentemente, en la mayoría de los casos, la crítica no se centra en los aspectos técnicos de las representaciones, sino en las cualidades que son intrínsecas a cualquier técnica de visualización. La composición, el color, el entorno equilibrado son universales, al igual que la narración. Las y los arquitectos deben ser estratégicos sobre cómo los renders expresan el proceso de diseño general, evitando imágenes intrascendentes. Lo que es más importante, las representaciones le dicen inadvertidamente a quien los ve ve con experiencia de la capacidad del arquitecto para seleccionar información y destilar la esencia de un concepto. Además, ofrecen pistas sobre los conocimientos sobre la teoría de la composición y el color.
Los renders en la práctica diaria
Es en el trabajo diario de una o un arquitecto donde entran en juego los renders como representaciones precisas. Desde estudios puntuales de sombras hasta múltiples iteraciones de detalles arquitectónicos, los renders pueden servir más que con fines de marketing, informando al equipo de diseño de los diversos aspectos del objeto arquitectónico. Por lo tanto, los renders se pueden utilizar no sólo como un medio para comunicarse con las partes interesadas, sino como una herramienta para evaluar las opciones de diseño. Al igual que los dibujos en proceso, este tipo de imagen ayuda a acelerar el proceso de toma de decisiones gracias a la capacidad de simular la materialidad y la luz reales. Probar cómo se vería un detalle de fachada desde diferentes ángulos, descubrir esquemas de color y patrones en diferentes escalas del proyecto ayuda a los diseñadores a tomar decisiones mejor informadas y facilitar la comunicación con el cliente. Además, con el renderizado en tiempo real cada vez más común, las prácticas tendrán a su disposición una representación cada vez más fiel de su diseño.
Fuente: Archdaily
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