En el corazón de Pachacamac, Lima, Perú, la Casa Estudio Chullpas, diseñada por el arquitecto Luis Longhi, se erige como una fusión entre lo consciente y lo subconsciente, donde la arquitectura se convierte en escultura y el paisaje en un lienzo. Longhi, guiado por su instinto y la máxima de vivir el presente, traduce fragmentos de su vida en formas que emergen inesperadamente, creando un espacio que respira lo inexplicable, lo mágico y lo divino.
Inspiración y contexto
La concepción de la Casa Chullpas nació del amor que el arquitecto siente por una de sus obras más relevantes a nivel internacional, La Casa Pachacamac, ubicada justo al lado. Esta admiración lo llevó a diseñar un espacio que le permitiera mantenerse cerca, comenzando con un sencillo muro de piedra y evolucionando hacia una casa taller autoconstruida, regida por la economía y la lógica intuitiva del propio arquitecto.
Un espacio para la creatividad y el recuerdo
El imponente espacio principal de la casa, esculpido casi por azar, refleja la esencia del autor. Este lugar, destinado a recibir estudiantes y a impartir charlas, es una evocación de su origen: los carnavales de su infancia, llenos de música folclórica y colores vibrantes. Aquí, el inconsciente se materializa en un ambiente que conecta el pasado con el presente.
La casa se convierte además en un contenedor de los recuerdos y objetos que Longhi ha creado a lo largo de 40 años de trayectoria profesional. Estos se distribuyen estratégicamente en techos, corredores y estructuras que recuerdan a chullpas y andenerías, símbolos peruanos de memoria y herencia.
La casa de huéspedes: esculturas y recuerdos tangibles
A un lado, una casa de huéspedes complementa el proyecto. Este espacio alberga esculturas y recuerdos únicos, como fragmentos de las ruinas del Teatro Municipal de Lima, un lugar que marcó la etapa de Longhi como escenógrafo. Cada rincón es un homenaje tangible a las múltiples facetas del arquitecto.
Un espacio para vivir y trascender
La Casa Estudio Chullpas no solo es un lugar de creación, sino también un refugio de vida y muerte. Aquí, Longhi planea vivir su mejor etapa como arquitecto, escultor, profesor y comunicador. Además, ha reservado un espacio para sus cenizas, haciendo de este lugar un símbolo de continuidad, donde la vida triunfa sobre la muerte, y la creatividad nunca cesa.
La Casa Chullpas es más que una obra arquitectónica; es un manifiesto del alma de su creador, un espacio donde todo converge y todo se disuelve.
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