Las 5 reglas de oro de Hideko Yamashita para deshacerte del desorden de una vez por todas.
Si hay alguna característica que no podemos atribuir a los japoneses es que sean desordenados. El estilo de vida japonés se está convirtiendo en tendencia mundial como alivio del ritmo frenético que cada vez más arrastramos a diario.
Una vida sencilla, tranquila y alejada del estrés es lo que salimos a buscar en vacaciones. Pero, ¿y si te dijéramos que redecorando tu casa podrías encontrar la paz y el descanso que necesitas sin huir de la ciudad?
Es lo que propone la japonesa Hideko Yamashita con su método dan sha ri (de las palabras japonesas dan = rechazar las cosas innecesarias, sha = deshacerse de las cosas inútiles que uno posee, ri = detectar el deseo insano por las cosas innecesarias) basado en la idea de buscar la felicidad desde el interior eliminando las cosas que no necesitamos. Este proceso conlleva no solo borrar sentimientos negativos o malos pensamientos, sino que también se refiere a tirar por fin a la basura todo aquello que guardamos en el cajón de sastre.
1- No hace falta llenarlo todo. La clave está en pensar que solo puedes ocupar el 80% de tu casa. Es habitual afanarnos en comprar y comprar hasta llenar la última esquina, pero eso a partir de ahora debe quedar atrás.
2- Deshazte de lo que no te hace feliz. La regla del remplazo es importante si lo que queremos es limpiar nuestra mente y nuestra decoración. Es mejor la nada si aquello que tenemos encima del mueble es un estorbo para la vista.
3- La regla de los dos movimientos. La idea es acceder a todos los objetos con tan solo dos movimientos. Fuera las tapas, gomas, cajas y todo lo que implique perder tiempo.
4- La verticalidad. Guardar los objetos de manera vertical nos ayuda a seleccionar con libertad lo que necesitamos y a acceder a ello con facilidad. Además, visualmente nos otorga una sensación de limpieza y orden.
5- No acumular. ¿Quién no se ha sentido desbordado por el desorden? Procura no apilar trastos en la mesa de comedor o en la cocina. No solo estropearan tu decoración, sino que serán un estorbo para la vista y bloquearán tu mente y la de los que vivan contigo. Como lo que queremos es lo contrario, Yamashita propone no soltar ningún objeto hasta que no llegues al sitio en que se debe colocar, incluso si por el camino tienes la urgencia de pasar primero por el cuarto de baño.
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