El programa del edificio requería de la combinación de una clínica con un área de residencias. Junto al estrecho sitio de implantación, se encontraba previamente instalada una cafetería y algunas viviendas, las cuales fueron tomadas como dato para operar. Decidimos, en primera instancia, ubicar la zona residencial en base a la posición de las casas preexistentes, quedando las mismas en la parte trasera del lote y desplazando el área de la clínica hacia el frente. Basándonos en el análisis del sitio, dividimos el edificio en 2 partes, quedando determinados dos volúmenes principales. Trabajar con el concepto de “masa” y “volumen” nos ayudó a diseñar las funciones programáticas y trabajar los flujos de viento en el edificio.
Planteamos una conexión entre el patio central (determinado por la ubicación de las masas) y el parque existente. En el sector destinado a las familias, buscando potenciar las corrientes de aire durante el día, diseñamos grandes aberturas tanto en la parte delantera como en la trasera. Para potenciar el vínculo entre los edificios nuevos, los preexistentes y las áreas verdes comunes a ambos bloques, se diseñaron estanques para peces, brindándole a la superficie central nuevas cualidades espaciales. En el segundo piso, diseñamos las áreas familiares, así como también una biblioteca, una sala de estar. Un área de guardado para libros se localiza en un nivel intermedio ubicado entre los dormitorios principales y los secundarios.
Reduciendo la altura del espacio central destinado a las familias y aumentando la altura del área de los dormitorios, resaltamos la característica volumétrica del proyecto, enfatizando la separación entre las masas. La fachada, como principal vía de acceso y protección contra la lluvia, se diseñó en color blanco, formando un esquema cromático armonioso con el resto de la clínica. Los detalles se diseñaron en madera artificial, generando un ambiente cálido y relajado para los usuarios del edificio.
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