La sucursal del Péndulo de San Angel se proyecta por encargo del Instituto Cultural Helénico para complementar su oferta de Teatros y Colegio de Humanidades, con el propósito de generar un referente cultural para el sur de la Ciudad de México.
Se desarrolla sobre una plazoleta existente al frente del conjunto, respetando la ubicación de grandes árboles y una palmera central. El concepto toma como principio el desarrollo de diferentes plataformas o “escenarios” donde dentro de un gran espacio o hangar, se complementan las diversas funciones: tienda/librería, lounge/bar y restaurante, todo rodeado de dos niveles de libreros y bajo un gran plafón pergolado con tiras de pino.
Los materiales y la iluminación otorgan calidez e individualización a las variadas funciones. Las distintas rutas de circulación, siempre acompañados por libros, ofrecen una variedad de experiencias para acceder y habitar el espacio. Sus dos ejes de composición llevan al usuario de la transitada avenida Revolución al respiro de una gran jardín y en el otro sentido, de un vestíbulo de acceso común a un gran muro de libros. La palmera, alojada dentro de un gran caja con persianas de cristal, funciona como eje rector de los diferentes espacios y tiende su paraguas protector sobre todo el ambiente, a su vez que regula naturalmente la ventilación del lugar.
Una estructura ligera en acero, que incluye a los libreros como diafragma anti-sísmico, permite una sensación de apertura e intimidad a la vez. Las fachadas, discretas, recubiertas en paneles acanalados de aluminio, tiras de madera y grandes ventanales, se integran perfectamente entre el edificio del teatro, obra del arquitecto Pedro Ramirez Vazquez y el edificio vecino, sede del poder Judicial Federal, del Arquitecto Ricardo Legorreta, del cual toma prestado algunos esquemas de color. El proyecto fue galardonado recientemente como el mejor edificio del año en el Premio Escala de la Expo Cihac.
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