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Aloft Lima Miraflores, una propuesta disruptiva en uno de los distritos más modernos de Lima

El panorama arquitectónico de Lima nos tiene acostumbrados a estructuras cada vez más grandes y parecidas entre sí que, en algunas ocasiones, carecen de una esencia definida. Por ello, para su debut en el Perú, el Aloft Lima Miraflores se atrevió a combinar lo más valioso de la tradición peruana con su propuesta moderna, desenfadada y libre. El resultado es un espacio que celebra ambas corrientes.

Desde la fachada del hotel se puede observar claramente un diseño disruptivo y de patrones geométricos. La presencia del cristal también salta a la vista y le brinda un carácter insignia como en las ciudades modernas. 

“Los hoteles Aloft tienen una esencia particular, son arquitecturas espaciosas y con espíritu abierto. Ambientes frescos que cumplen varios propósitos y animan a las personas a interactuar. Son parte de un diseño de inspiración urbana, con techos expuestos y arquitectura industrial, decorados con coloridos patrones e ilustraciones que permiten mantener la novedad del espacio y la energía desde el día hasta la noche”, expresó Vicente Flores, gerente general del Aloft en el Perú.

En un área total de 14 804 m2, el hotel ha distribuido sus espacios interiores de usos flexibles, lo que los vuelve más amplios y permite la interacción de los usuarios. Su diseño estuvo a cargo de la firma Arquitectónica y los interiores son obra del Estudio Caparra-Entelman (Argentina), ambas son entidades que vienen trabajando con la cadena Libertador en hoteles anteriores desde hace unos años. Las principales características de esta innovadora construcción consideran:

• Diseño y colores

En su interior, Aloft combina una arquitectura industrial caracterizada por el uso de materiales como el concreto expuesto, estructuras metálicas y vidrio templado. El color gris prevalece, pero es hábilmente intervenido por la iluminación y un mobiliario colorido. El resultado es un espacio moderno, provocador y ligero.

• La peruanidad

Además de los materiales, algo que destaca en la propuesta de Aloft es la intervención de artistas que elevan la atmósfera del hotel y la convierten en un espacio cultural. Entre los artistas encargados de plasmar esta propuesta se encuentra el reconocido fotógrafo peruano Billy Hare, quien en esta ocasión trabaja con formas ortogonales, reminiscencias de edificaciones incaicas y trazados de las ciudades. Él estuvo a cargo de la decoración de diversos ambientes. También vistió el motor lobby de doble altura del hotel con una de sus imágenes de patrones ortogonales que contienen claras reminiscencias de las huacas incaicas. Un ejemplo claro de la atemporalidad de su trabajo.

• Superposiciones con efecto citadino

Para seguir rompiendo algunos esquemas, junto a la visión de la cultura local desarrollada por Hare, se sumó el trabajo de la artista plástica Michelle Prazak, quien para conceptualizar utiliza formas rectangulares y las superpone para crear un efecto de ciudad que a la vez se puede leer como barras de sonido. Prazak expone su obra plástica de formas urbanas y citadinas en cada una de las 164 habitaciones del hotel.

• Intervención urbana

Para complementar la propuesta con el espíritu disruptivo e innovador de Aloft, el reconocido artista urbano Conrad Flores fue el encargado de plasmar elementos locales y modernos para reflejar la identidad del hotel y los valores de la marca en el mural gigante que se exhibe en la parte lateral exterior del hotel. Se trata de una pintura que recoge elementos tradicionales como la mujer andina, las plantas y los animales del altiplano peruano, pero cargadas del estilo urbano, lo cual le brinda un look joven y actual.

La inversión total ha sido de US$ 26 millones y forma parte de una propuesta innovadora que brinda una experiencia única a sus huéspedes a través de un diseño moderno, el uso flexible de los espacios, tecnología de punta y una escena social ligada a la música, que cautivará al viajero del siglo XXI.